Hace un par de semanas comentábamos un poco acerca de uno de los aspectos contradictorios en el gobierno federal actual, entre quienes reconocen la riqueza de la participación real de las y los habitantes de pueblos y comunidades en la toma de decisiones, y quienes se refieren a pueblos y comunidades sólo como asunto nominativo sin atender a la búsqueda integral y organizada de soluciones a los problemas públicos. Y hace unos meses, allá por septiembre del año pasado, comentábamos sobre las diferencias radicales entre las prioridades de la Semarnat y las del gobierno del estado de Tlaxcala.
Y ahora retomamos este asunto al enterarnos de que el día 16 de enero, el gobernador Marco Mena se reunió con el doctor Víctor Toledo para, según dice la información publicada a través de un breve boletín estatal, fortalecer la cooperación ecológica entre su gobierno y la secretaría, coordinar trabajos “para realizar programas integrales de atención al saneamiento del río Zahuapan y la conservación del volcán La Malinche” y “dar seguimiento a la cooperación que existe entre los gobiernos de Tlaxcala y Puebla”.
Y bueno, esto, así como se anuncia, bien puede ser parte de la estrategia mediática que el gobierno del estado ha utilizado todo el año para mejorar su imagen y la de su partido ante la ciudadanía y, sobre todo, ante el electorado. Y esto lo vimos también ya, puede ser un signo de la posibilidad anunciada por el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas en su visita a Tlaxcala, de hacer alguna alianza con Morena, aunque Toledo poco tenga que ver con eso.
Pero lo importante en este asunto no es esto de los acomodos electorales, sino el contraste en las visiones que tienen el gobierno del estado y la Semarnat en torno a lo que significa y lo que hay que hacer para el cuidado del medio ambiente, o lo contradictorias que resultan las acciones y los discursos del mismo gobernador del estado sobre el problema.
Así pues, citando la nota publicada, “el secretario Víctor Manuel Toledo expresó todo su respaldo a los proyectos ambientales que se desarrollen a nivel estatal y regional a favor de los ciudadanos”, y aquí es donde está el contraste y la contradicción. El contraste porque, como ya lo ha dicho en varias ocasiones, Semarnat hoy privilegia el diálogo y la participación directa de la ciudadanía afectada en la elaboración de propuestas para solucionar los problemas ambientales, y el gobierno de Tlaxcala se ha distinguido, justamente, por lo contrario.
Y la contradicción está en que, en sus discursos y acciones mediáticas sobre el cuidado del medio ambiente y el saneamiento del río Zahuapan (que al Atoyac nunca lo menciona), el gobernador Mena, sonrisa fotográfica de por medio, se muestra siempre preocupado y hasta con la presunta intención de hacer algo porque en verdad se sanee el río y hasta se reforeste la Matlalcuéyetl ¡Vaya!, hasta pareciera que sí tuviera una idea de que la Cuenca Atoyac–Zahuapan existe, y de lo que se podría hacer para mejorar la vida de las personas que habitamos en ella. Pero luego, en sus acciones concretas y en los logros que presume de su periodo de gobierno, el mismo gobernador Mena expresa todo lo contrario. Es decir, que en estos años de su gobierno sólo se ha dedicado a incrementar la carga y la devastación sobre la cuenca y sobre la vida de sus habitantes, a saber, que por encima de las personas y de la naturaleza siempre estará el crecimiento económico y la atracción de industrias que vengan a instalarse en el territorio, sin importar cuáles sean ni qué historia tengan dentro o fuera del país.
Y luego anuncia, como lo hizo en su último informe, que en lugar de buscar la manera de terminar con las causas del cáncer en la sangre y de la insuficiencia renal en el estado (que ya se mostró y reconoció oficialmente que, como enfermedades crónico–degenerativas, tienen relación causal con la contaminación y la falta de saneamiento de las aguas residuales municipales e industriales), sólo se ocupó en atraer apoyos para atender de mejor manera a las víctimas de estas enfermedades. Esto último es bueno, claro, pero muestra la falta de voluntad del gobierno estatal, no sólo para dialogar con las y los ciudadanos, sino para resolver los problemas públicos desde sus causas y no sólo remediar los síntomas. Así las cosas pues y así el futuro que el mismo gobernador anuncia, con la misma sonrisa fotográfica, para los próximos dos años.