En memoria de Heriberto Salas Amac,
Alberto López Limón,
el padre Gustavo Rodríguez,
Javier Enríquez Sam
y l@s compañer@s
que en estas fechas han partido.
Oscar Ochoa
¿Qué es la memoria? ¿Es el cúmulo de recuerdos que se acumulan entre las personas o es el proceso vivo que genera estos recuerdos? Esta pregunta me la hizo hace poco un colega y para mi asombro, reconocí que no pude decir cuál de los dos encajaba más con la definición de memoria. Con el tiempo tuve que reconocer que la memoria es ambos polos, porque no existen recuerdos que se acumulen sin este proceso de generación, pero tampoco existe proceso vivo que no genere sus memorias a las cuales acuda para conocer y reconocer el mundo que lo rodea y a sí mismo.
Todo este preámbulo es para señalar la duración que pueblos y tienen una duración durante su existencia en este mundo. Continuidad y cambio es la lucha que se agita en el interior de estos sujetos colectivos y que los mantiene en el transcurso de la historia.
Estas reflexiones vienen a la discusión porque aquell@s compañer@s que son imprescindibles, como dijo Brecht, acaso pudieron advertir que pueblos y movimientos legítimos acuden a la memoria como un proceso vivo, crítico y autocrítico que reflexiona sobre el acervo de recuerdos que debe atesorar. La importancia que estos recuerdos adquieren se basa en una lógica, ética y estética propias que pueblos y movimientos generan, atesoran y transmiten para construirse y reconstruirse en el transcurso del mundo.
Así, pueblos originarios ancestrales; asediados históricamente por el colonialismo directo de occidente, y por el neocolonialismo disfrazado de progreso, en la actualidad se afianzan a la experiencia acumulada, a los recuerdos que les permiten mantenerse frente a la homogenización cultural que impulsa el capitalismo. En las ciudades, colonias y barrios acuden a los recuerdos colectivos para resistirse a la gentrificación, la cancelación, recorte o nula implementación de servicios para una vida digna; también atienden a formas inéditas de cara a las nuevas tecnologías o redes sociodigitales. Sindicatos, movimientos estudiantiles, migrantes, comunidades como la LGBT y más, acuden a su experiencia para enfrentar al poder gubernamental, empresarial, paramilitar y de cualquier índole que atenta contra su existencia.
Las compañeras y compañeros cuyo compromiso forma parte de esta impetuosa fuerza social, política, cultural e histórica que son las colectividades, inciden en los cambios de duraciones tan grandes como las evoluciones culturales o en cambios tan súbitos como las revoluciones de todo tipo. Est@s compañer@s forman parte del proceso vivo que engendra acontecimientos dignos de conservarse, valorarse y transmitirse entre aquellos que poco sabemos de la realidad social, política, histórica, cultural y económica.
Pero est@s compas también forman parte de los recuerdos sociales a los que acudimos cuando necesitamos enfrentar adversidades o resolver problemáticas que estos compas enfrentaron y resolvieron favorablemente. Ahora ellos habitan en nuestros discursos, imágenes y recuerdos. Porque habitan en el corazón de los que quedamos. Si la memoria histórica es el patrimonio de los sobrevivientes, ahora nos corresponde ser parte de ese proceso vivo que recupere de l@s compas sus ideas más elevadas, sus actitudes más coherentes, sus emociones más profundas; y es en este proceso que nace la reflexión, sobre el cúmulo de nuestros recuerdos, para discernir aquellos que nos permitirán continuar como proyecto político, como expresión de nuestra voluntad. Porque la memoria en este sentido es proyección al futuro, voluntad de vida para todos los que seguimos los pasos de compas que nos van señalando el camino.
La incansable lucha de las comunidades de Ayutla de los Libres
La lucha por los derechos y cultura indígena en Ayutla, es un proceso que inició hace varias décadas, la región se caracteriza por una fuerte organización comunitaria, hace mas de 30 años, uno de sus dirigentes, Hilario Ramírez Morales, fundador de la Organización Independiente de Pueblos Mixtecos y Tlapanecos fue asesinado por grupos paramilitares, la lucha no se detuvo, las comunidades lejos de amedrentarse siguieron adelante y se impulsaron los primeros procesos de poder popular, construyendo órganos de poder encargados de buscar soluciones a los problemas agrarios entre comunidades, la tala clandestina, la violencia social, la violencia contra la mujer, las sanciones a quien violentaba el orden comunitario, etc., también eran los encargados de exigir a la autoridad municipal y estatal la desmilitarización de la región, denunciar la represión y el hostigamiento a las comunidades, sus integrantes eran elegidos por democracia directa a través de asambleas comunitarias.
El 7 de junio de 1998, el ejército incursiona en la comunidad de El Charco, cerca y masacra a los representantes del Consejo Insurgente que sesionaban para tratar la tratar la problemática regional, después de este hecho, el ejército agudizó la militarización porque la consideraba base del movimiento insurgente.
Hoy, las comunidades impulsan y consolidan el proyecto de la CRAC-PC con la Casa de Justicia de El Paraíso, un órgano donde el pueblo toma en sus manos el derecho a la libre determinación para definir las reglas sobre seguridad y justicia, logrando la disminución de la violencia e inseguridad y frenando en las comunidades la presencia de grupos paramilitares y caciquiles. Esta estructura fue fundamental para que el municipio de Ayutla se rija por usos y costumbres, donde cada comunidad tiene dos representantes ante la Casa del Pueblo, que es el órgano de representantes que actúa como gobierno municipal.
Este proceso está en desarrollo, y tiene que sortear enormes retos por los intereses políticos y económicos que se mueven en ésta región, con una población de 70 mil habitantes donde conviven tres grupos étnicos, Na savi, Me phaa y mestizo.
Aunque la mayoría de las comunidades Na savi están próximas a crear su nuevo municipio, es importante reconocer la participación decisiva de mujeres y hombres en la asamblea por usos y costumbres, realizada el pasado 30 de mayo para elegir a su Órgano de Gobierno Municipal. Este fue un paso muy importante porque las comunidades indígenas y mestizas evitaron que los caciques de la cabecera municipal tuvieran un papel protagónico, pues aunque jugaron para ser representantes del Consejo, su presencia fue marginal y los pueblos que siempre fueron marginados en la toma de decisiones, se convirtieron en sujetos de decisión para recomponer y encaminar este proceso en favor de los derechos de los pueblos.
23 Años de la masacre de El Charco
Este 7 de junio se cumplen 23 años de la masacre de El Charco, Ayutla de los libres, donde integrantes del ejército mexicano ejecutaron extrajudicialmente a 10 indígenas Na¨saavis y al estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Ricardo Zavala Tapia, y torturan a la entonces estudiante también de la UNAM, Ericka Zamora Pardo.
El 7 de junio de 2021, se cumplen 7 años, de la masacre de El Charco, Ayutla de los Libres, Guerrero, donde 10 indígenas na´saavis y el estudiante universitario Ricardo Zavala Tapia, fueron ejecutados extra judicialmente por integrantes del ejército. Otros indígenas fueron sometidos a tortura al igual que Efrén Cortes Chávez y la entonces estudiante Ericka Zamora Pardo.
Por esto en el año 2012, Red Solidaria Década Contra la Impunidad A.C., ingresa la Petición de Admisibilidad, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y es en el año 2018, que la CIDH otorga el Informe de Admisibilidad, y desde este espacio, solicitamos a la CIDH, que otorgue ya el Informe de Fondo y haga el traslado de este caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Las víctimas, tienen derecho a conocer la verdad de estos hechos.
A 23 años de esta masacre seguimos exigiendo; verdad, justicia, memoria.
RED SOLIDARIA DÉCADA CONTRA LA IMPUNIDAD A.C. Boletín de Prensa
El 12 aniversario de la recuperación de tierras comunales en Ostula:
Paz, justicia, libertad y vida
A las 11.00 de la mañana inició el acto del aniversario número 12 de la recuperación de tierras comunales de Ostula, comunidad indígena náhuatl de la sierra costa Michoacana.
Una marcha combativa desde la enramada comunitaria hasta los límites de los terrenos comunales de Xayacalan. Primero la policía comunitaria de las 24 encargaturas, luego el consejo comunal general, enseguida los encargados de esas encargaturas, los comuneros y finalmente los asistentes invitados.
Una larga columna humana se movía lentamente bajando la colina y se dirigió hasta la carretera federal, donde el filtro ya había cerrado el paso a los vehículos. La larga columna, entre consignas combativas, llegó al límite y ahí hablaron algunas personas.
La comunitaria a orden del comisariado, disparó sus armas largas entre aplausos y vítores.
Y comenzó el regreso. Al llegar a la enramada comunitaria, ya estaba todo listo para iniciar el conversatorio.
Y todo ello en la palapa comunitaria de Xayacalan, flanqueada por un lado, por el mar y la inmensidad y por el otro por la sierra verde. Este lugar que ya muchos le llamamos el paraíso terrenal.
El estrado con su larga mesa de blancos manteles, adornada con cerámica de la región y flores multicolores… el sonido y las sillas para el público.
Se formó el presídium y la maestra de ceremonias dio la bienvenida. Intervinieron representantes de colectivos y organizaciones de otros estados. Oaxaca se presentó con CODEDI. Morelos con el colectivo Tierra y Libertad, Chiapas con el nodo Solidale, Michoacán con Cherán. Jalisco con el Partido Comunista de México y el colectivo de El Salto de Juanacatlan y Colima con la comunidad de La Yerbabuena.
Ahí acabó la primera parte del aniversario, después un almuerzo y vino la parte cultural, cantos, danzas, música y juegos. Y al finalizar la tarde, el baile animado por un grupo musical. Desde el inicio hasta el final, el sentido crítico, la esperanza renovada y la intención fortalecida de buscar paz, justicia, libertad y vida.
SFM: Crónica del día es 29 de junio con la defensa comunitaria, integral y legítima.
Declaración de guerra (Fragmento)
Efraín Huerta
A la memoria de Ricardo Flores Magón, muerto en la cárcel por oponerse a una guerra contra la humanidad.
Al cielo abierto
I
Al cielo abierto, al cielo de la patria,
como sangre o ternura escalofriante,
como lo simplemente heroico se sucede,
un prolongado grito (blasfemias y murmullos)
se levanta.
Del aire enloquecido
baja un ángel de furia.
II
Se siente el mar, el mar acribillado.
Se siente el odio, a martillazos.
Se siente que uno es muerte, larga herida,
sollozo de amargura.
Se está sintiendo todo: naufragios tumultuosos,
ojos de sal, pulmones de ceniza.
Se está sintiendo todo: vibraciones, latidos.
Del surco, en vuelo, gime la palabra del indio.
Agria, densa, colérica, la voz de mestizos.
Serenas, como arados, las protestas del criollo.
Y niños, y mujeres, y hasta el anciano inválido.
Un cielo abierto, un rayo, un cuchillo de guerra
cual recia y gigantesca catedral de venganza.
III
Regiones exaltadas de la patria,
regiones altas, bajas, transparentes o ciegas,
aquí están, el Pacífico al Golfo, del Bravo
hasta Suchiate,
como un tremendo bosque de dientes y fusiles:
hombres en pie de guerra sosteniendo a la patria.
¡Aquí está!