El 18 de marzo de 1938 y de 2014 son fechas totalmente contradictorias, es increíble como un presidente puede cambiar el futuro de toda la nación. Hace 76 años el Sindicato Único de Trabajadores Petroleros con apoyo del presidente de la República, el General Lázaro Cárdenas del Río, lograron un hecho que fue trascendental en la historia de México: la expropiación petrolera.1 Este logro fue gracias al nacionalismo de los trabajadores petroleros (quienes no le tuvieron miedo a las grandes empresas trasnacionales y dieron batalla para defender su derecho a organizarse en sindicatos y así poder exigir mejores condiciones de trabajo), y del general Lázaro Cárdenas (quien ejerciendo su cargo de representante del pueblo decidió intervenir para que las empresas extranjeras aceptaran firmar el contrato que les pedían los trabajadores, sabiendo que detrás de esas empresas extranjeras se encontraban países militarmente poderosos).
Ante la negativa de los empresarios extranjeros, el General Lázaro Cárdenas decidió nacionalizar la industria petrolera. Esto fue posible gracias al apoyo de todo el pueblo de México, quien salió a las calles a manifestarse a favor de la nacionalización del petróleo y apoyaron económicamente a pagar la deuda que se tenía con las compañías petroleras extranjeras. Así fue como nació PEMEX y desde esa fecha el petróleo formó parte de nuestra soberanía nacional. El triunfo se lo debemos al General Cárdenas y a los trabajadores petroleros quienes trabajando en equipo lograron vencer al enemigo; Cárdenas por medio de la diplomacia y el pueblo por la vía de la protesta social.
Hoy la historia es muy distinta. El ahora presidente de la república, Enrique Peña Nieto, quien es repudiado por su pueblo, no está del lado de los mexicanos sino que representa los intereses de las empresas extranjeras, demostrándolo con sus iniciativas y reformas que para la mayoría de nosotros son anticonstitucionales. Las compañías extranjeras que hace 76 años corrimos de México amenazan con regresar. La reforma energética aprobada en 2013, cuya iniciativa fue presentada por Enrique Peña Nieto y aprobada por mayoría en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados, representa un acto de traición a la patria ya que pone en riesgo la soberanía nacional. Al privatizar PEMEX, la hacienda pública tendrá menos recursos para atender necesidades de la población, habrá carencia de empleos y condiciones laborales precarias (como existían antes de nacionalizar el petróleo).
El petróleo es un recurso no renovable que pertenece a la nación, por lo tanto lo debemos cuidar y defender. Las empresas en su ambición por extraer nuestro petróleo y recursos naturales, han creado proyectos que pueden llegar a ser mortales para el ser humano y dañinos para el medio ambiente y la biodiversidad, como lo son el Fracking y la minería a cielo abierto. En Puebla como en otros Estados ya se hacen presentes estos megaproyectos, que los pueblos han decidido llamar “proyectos de muerte”. La soberanía nacional vuelve a estar en riesgo ante la amenaza de empresas extranjeras.
En este día que recordamos al General Lázaro Cárdenas del Río, quien nacionalizó la industria petrolera; también recordemos la lucha del pueblo mexicano, quien a través de la historia nos ha enseñado a resistir y defender nuestros derechos, que unidos y organizados podemos tener una SOBERANIA NACIONAL.
Néstor López Espinoza
Twitter: @nestor_le
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1 http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/2/935/18.pdf
2 http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5327463&fecha=20/12/2013