ADN diente de león es una obra sui generis en Puebla: toca un tema particular como es el abuso sexual infantil, se dirige a un público adolescente y deposita su hecho teatral en la actuación.
Para el próximo 23 de marzo a las 19 horas se presentará en el Teatro de la Ciudad como parte del programa Miércoles de todos al teatro; con ello, la compañía Sincronía Teatral festejará las 50 representaciones de la pieza.
Al tema del abuso, dijo el dramaturgo Rafael Pérez de la Cruz, no se le aborda desde lo moral ni de lo cruento que puede ser para quien lo padece, sino desde la mirada periférica de otro personaje que dará cuenta la forma en que, con valentía y amor, puede romper ese esquema que parece generacional.
“Hay una víctima periférica y es Chuy, un niño de apenas 10 años de edad que vive el abuso rodeado de otras circunstancias como la violencia, la marginación y la pobreza”, explicó el dramaturgo durante una rueda de prensa.
El abuso infantil como centro de ADN diente de león
Acompañado por la actriz Karla Ibarra, el director de la compañía Jesús Rojas, el músico Roberto Mendoza, el director de la pieza Francisco Vidal y el actor Nicolás Chumacero, Pérez de la Cruz señaló que ADN diente de león se basó en una historia real.
Ésta, explicó, sucedió en la periferia de Puebla, en la colonia Xonacatepec, cuando –como vecino del lugar- se percató que algo “raro” sucedía en un departamento contiguo a su vivienda: una niña llorando, un hombre que por las noches subía la música a todo volumen y una madre que todo el tiempo peleaba de forma desesperada.
“La obra la escribí en 2011 como becario del Programa de estímulos a la creación y desarrollo artístico –el Pecda-, y al hacerlo me di cuenta que la peor forma de abordar el abuso infantil era de una manera fría, didáctica y moral, por lo que quise ahondar en el universo de Chuy”, señaló el dramaturgo.
El resultado, dijo, fue ADN diente de león, en donde se llama a romper con este esquema, con esta suerte de herencia que parecen rodear a quienes lo sufren o son víctimas periféricas como lo es Chuy.