Es demasiado triste la realidad actual de la sociedad mexicana, debido a la cerrazón (por decir lo menos) de los infaustos intereses que “guían la marcha del país”, que solo beneficia a la clase empresarial. Sabemos bien que siempre están primero los beneficios del capital que el interés de los trabajadores.
En nuestro país, desde el momento en que se impuso el neoliberalismo, los gobiernos han seguido, a pie juntillas, las órdenes dictadas por el gran capital a través del Consenso de Washington; ahora tenemos el caso del perverso Acuerdo Estratégico Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), que en voz del presidente de la Coalición Mexicana (sic) Empresarial para el TPP, Moisés Kalach va a ofrecernos: “Nuevos mercados lo cual permitirá una mayor integración económica” ¿Cómo la dependiente que alentó el Tratado de Libre Comercio?
Y por si fuera poco, el otro papelito que le ordenó Washington al gobierno de México de frenar los intereses chinos en el Pacífico y unirse a Colombia, Perú y Chile, con la finalidad de formar la Alianza del Pacífico; tratado que está a punto de concretarse entre esos países, con el objetivo de alcanzar “grandes consensos” dentro de los cuales destacan los siguientes: Intercambio de “experiencias” para regular los fondos de pensiones (qué casualidad, recientemente puestos en las mira por las voraces autoridades económicas del país, para según ellos obtener “mayores beneficios para los ahorradores mexicanos”) además desarrollar mecanismos reguladores, con la finalidad de alcanzar una mejor inversión en diversas áreas de infraestructura.
Ahora, las “preocupadas autoridades del país” están curándose en salud ante la inminente tormenta económica, la cual ya está anunciándose en algunos círculos financieros locales; aunado a un panorama adverso al interior del sistema financiero internacional, la cual tiene como fuente de origen el menor crecimiento de la economía mundial; ligado a la caída de los ingresos petroleros (muchos analistas del país aconsejaron no abrir el mercado energético a los intereses extranjeros) entre otros asuntos, por un futuro de compartir las ganancias; fortalecimiento del dólar, el cual va a traer un aumento en sus tasas de interés, que afectarían enormemente a las ya de por si débiles finanzas mexicanas.
Importunan los neoliberales con su persistencia de que vamos “por el rumbo adecuado”, se les olvidan los 2 millones 208 mil mexicanos (un millón 747 urbanos y 460 mil 286 del ámbito rural), que no tienen para adquirir lo más elemental de la canasta alimentaria, pero eso sí grandes acuerdos con países extranjeros; mientras en el país abunda la miseria.