En medicina, la palabra síndrome engloba a un determinado padecimiento en que confluyen síntomas (lo que experimenta o siente una persona enferma) y signos (aquellos elementos que el médico percibe al examinar a un paciente).
Hablar de síndrome metabólico es considerar a individuos con: hipertensión arterial; dislipidemia (alteración en las concentraciones de grasas o lípidos en sangre); enfermedad coronaria (disminución del diámetro en las arterias que alimentan de sangre al corazón); obesidad y finalmente, tolerancia anormal a la glucosa (o elevación sostenida de la glucosa en sangre después del consumo de azúcares).
La característica cardinal en este problema de salud lo constituye la hiperinsulinemia, es decir, niveles elevados de insulina en sangre. Surge en este sentido una contradicción, pues si la insulina es un elemento que “nivela” las cantidades de azúcar en la sangre, debería entonces haber una disminución de azúcar, que en realidad está elevada, por una deficiente calidad de esta hormona.
Las investigaciones y los análisis realizados sobre la definición del síndrome metabólico son relativamente recientes. El investigador que lo describió por primera vez fue Gerald Reaven (1928), quien publicó un artículo en la revista Diabetes con el título: Papel de la resistencia a la insulina en la enfermedad humana, en 19881. A partir de entonces, el número de publicaciones ha crecido en una forma sin precedentes debido a la alarmante frecuencia de este problema.
En Estados Unidos, estudios epidemiológicos plantean que uno de cada cuatro individuos tienen una fuerte predisposición a desarrollar la enfermedad. En México no contamos con estudios lo suficientemente grades como para establecer una medida real; sin embargo, es verdaderamente inquietante la frecuencia con la que se diagnostica diabetes. No es descabellado pensar que, inicialmente muchos casos debieron haber presentado un problema de hiperinsulinemia. Tan es así, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de la Diabetes (FID) lanzaron ya un programa denominado “Actuemos contra la diabetes ya”, pues se calcula que anualmente fallecen alrededor de 3.2 millones de personas por complicaciones derivadas de este mal en países pobres como el nuestro.
Entonces uno se preguntaría cómo saber si tengo síndrome metabólico.
En la edición del 24 de febrero del 2003, en la revista Archives of Internal Medicine, Park y colaboradores2 plantearon que con un índice de masa corporal mayor a 25 kilogramos por metro cuadrado de superficie corporal (el índice de masa corporal se obtiene dividiendo el peso entre la altura elevada al cuadrado), se debe indicar de una serie de análisis para determinar: Glucosa en ayunas y Triglicéridos; Colesterol Total; Lipoproteínas de Baja Densidad (LDL) y niveles de Colesterol de Alta Densidad (HDL). Dependiendo de las alteraciones en las cifras de estos estudios se generará la indicación de medicamentos. Si las anormalidades no son tan marcadas, el simple hecho de modificar el “estilo de vida” con ejercicio diario, alimentación rica en fibras, disminución en el consumo de grasas de origen animal e incremento en la ingesta de frutas y verduras (de preferencia crudas) será una medida suficiente.
El estricto control metabólico puede prevenir algunas de las complicaciones de la diabetes y del síndrome metabólico; sin embargo, en la actualidad, nada impide su desarrollo final. De hecho, una vez que se manifiesta, nunca se vuelve a la normalidad. Por eso, las modificaciones en hábitos dietéticos, así como el ejercicio cotidiano representan las recomendaciones más importantes en la actualidad, para cualquier persona.
Por último, serán necesarios estudios más profundos sobre factores de riesgo y farmacología de medicamentos. En la medida en la que se conozcan elementos que puedan tener un impacto sobre este problema, se podrá mejorar la calidad de vida en general, situación verdaderamente urgente pues el número de diabéticos actuales asciende a 366 millones de enfermos y se plantea que, para el año 2030, existan más de 552 millones de individuos con este problema.
1 Reaven G. Role of insulin resistance in human disease. Diabetes 1988;37:1595–607
2 Park YW et al. The Metabolic Syndrome Prevalence and Associated Risk Factor Findings in the US Population From the Third National Health and Nutrition Examination Survey, 1988–1994 Arch Intern Med. 2003;163(4):427–436.