A través de la historia han existido diversos proyectos pedagógicos, algunos directamente alineados al status quo, y otros desde un enfoque emancipatorio y por la esperanza. La educación emancipadora es un espacio potencial para activar el cambio social. Pero ¿qué elementos caracterizan una propuesta de educación emancipatoria?
No hay una única definición de esto, como en todo proceso social existe un complejo entramado de enfoques, perspectivas, miradas, contextos, y propuestas que pueden definirse como una o múltiples expresiones de la pedagogía por la emancipación.
La educación como estrategia para el cambio por la justicia social, requiere abrir el enfoque de lo que es la educación misma. No se trata de la institución, sino de reconocer todas las experiencias educativas en los diversos contextos sociales. El aula, el parque, la fábrica, el mercado, la comunidad, son espacios permanentes de educación.
En un contexto en donde el flujo de información es permanente e inmediato a través de las redes sociales y los medios de comunicación, donde la entrega de información puede incluir principalmente contenidos desechables que contribuyen a la reproducción de estereotipos, a la promoción del sobre consumo institucionalizado, al fortalecimiento de discursos de odio, entre otros, se reafirma la urgente necesidad de incidir en los diversos espacios sociales desde una perspectiva de educación emancipadora que posibilite la creación colectiva de contenidos de calidad y pertinentes para los retos que se nos presentan en el mundo. La educación emancipadora es una mirada desde el pensamiento complejo, interrelaciona las múltiples dimensiones y ámbitos de la vida social. Provee herramientas para la reflexión de la experiencia personal y el mundo en que habitamos. Potencializa la capacidad de identificar las interrelaciones sociales y el modo en que estas se presentan y afectan la vida. Incluye una mirada crítica y creativa para pensar la historia y para poder construir una mejor historia para todas las personas.
Desde la pedagogía crítica emancipadora, los procesos educativos son recíprocos entre educadores y educandos, esta relación parte de reconocer la experiencia y la capacidad de reflexión de todas las personas. Las preguntas facilitadoras, mencionadas por Paulo Freire, posibilitan y promueven la curiosidad, el cuestionamiento, la mirada crítica, la insumisión, el análisis crítico de la realidad, la reflexión personal y colectiva, la propuesta creativa, el trabajo comunitario, etc.
En estos tiempos complejos de despojos, violencias y odios, es urgente recuperar, promover y fortalecer las experiencias pedagógicas emancipadoras. La impronta de la educación para la emancipación, nos reclama ser interpelados por el momento histórico en que nos encontramos. Necesitamos el inédito viable de Freire, esas posibilidades inéditas en los diferentes ámbitos de la vida social, en la historia, en la economía, la política, la cultura y la vida misma. La esperanza de lo posible que permita erradicar las actuales formas de violencia que se manifiestan en guerras, empobrecimiento de personas y comunidades, despojos y destrucción de la Madre Tierra. Organización y acción social desde la pedagogía de la emancipación y por el inédito viable.