Durante todo el domingo se intensificó la caída de ceniza proveniente del volcán Popocatépetl en la región de Cholula, cuyas calles se cubrieron de una capa grisácea que caía como lluvia.
Pese a la persistente caída de este material se observaron personas en la zona arqueológica quienes subían y bajaban del costado izquierdo de la pirámide, hacia la iglesia de Los Remedios.
En las calles la gente se cubría con cubrebocas, gafas y gorras pero no fue suficiente para evitar que la ceniza ingresara a sus ojos, lo que les provocó lagrimeo e irritación.
La imagen fue poco vista para propios y extraños porque la ceniza caía como si fuera nieve en medio de una tarde calurosa de mayo.
La carrocería de los automóviles lució escarchada por una fina capa de polvo parecida la arena del mar.
Dueños de locales y vecinos salían a barrer las aceras es pero poco podían hacer ante la insistente precipitación.
Las autoridades municipales de ambos municipios tuvieron una lenta respuesta, tanto Paola Angón, en San Pedro, como Edmundo Tlatehui, en San Andrés, se limitaban a escribir “recomendaciones” en sus redes sociales para los habitantes.
En escasos dos tuits y breves posteos en redes sociales pedían a la población no salir a las calles y protegerse de la ceniza.
El segundo de estos ediles panistas aclaró que pese al cambio de semáforo de amarillo fase 2 a amarillo fase 3 no había necesidad de una evacuación pero su gobierno “está preparado en caso de que se requiera”.
En las calles, circulaba la falsa información proveniente de las redes sociales, pues había quienes afirmaban que “ya había iniciado la evacuación de los municipios cercanos al coloso” y otros más decían que el volcán lanzaba lava y flujos piroclásticos, luego de haber visto una imagen que realmente refería a una recreación virtual de lo que “podía pasar en caso de una erupción”.
La visibilidad en vialidades como La Recta a Cholula, Forjadores, la carretera federal a Huejotzingo y Paso de Cortés, entre otras era reducida.
En parte por la intensa caída de ceniza y también porque el escape de los automóviles levantaba el polvo.
Pese a ello, en todas esas vialidades había un tráfico intenso, debido a que las personas no suspendieron sus actividades normales ante la eventualidad.
Un grupo importante de turistas se enfiló desde la carretera Paso de Cortés hacia las faldas del volcán pese al riesgo que representa la actividad.
Por esta razón, los gobiernos federal y estatal en coordinación con el Ejército Mexicano establecieron un cerco para evitar el ascenso de turistas.
Asimismo, los tres niveles de gobierno intensificaron la revisión de las rutas de evacuación y de los albergues en caso de alguna eventualidad.