La ley a nivel federal y local solo permite la promoción de aspirantes en etapa de precampañas y campañas. En el caso de la contienda por la gubernatura, la precampaña se tiene prevista en enero de 2024 y la campaña entre abril y mayo de ese año, según el Código de Instituciones y Procesos Electorales de Puebla y los calendarios aprobados por el Instituto Electoral del Estado (IEE) en comicios pasados. Sin embargo, la proliferación de espectaculares de promoción personal del diputado federal Ignacio Mier Velazco y del senador Alejandro Armenta Mier, ambos aspirantes de Morena a competir por la gubernatura de Puebla en la elección de 2024 se han incrementado, al igual que la pinta de bardas en los últimos días
Además de los dos anteriores ahora se suma, aunque en menor medida, el secretario de Gobernación, Julio Miguel Huerta Gómez, en los cientos de bardas promocionales que se intensificaron previo al periodo vacacional de semana santa en las carreteras altamente transitadas por vacacionistas, como es el caso de la México PueblaVeracruz.
También se publicita a los aspirantes presidenciales de Morena Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México; Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, y Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación federal.
No hay duda de que las luchas internas por la designación de candidatos dentro de Morena están en el fondo de esta promoción personal, de la cual nadie se quiere responsabilizar, porque es ilegal y en un momento dado podría no solo alimentar el discurso opositor, sino implicar el retiro de una candidatura por los órganos electorales.
Incluso en el caso de Puebla, el nuevo vocal Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE), Edgar Humberto Arias Alba, la semana pasada, después de rendir protesta de cargo, anunció una investigación para conocer el origen de los recursos destinados a promover la imagen de Mier Velazco y de Armenta Mier, ambos aspirantes de Morena a la gubernatura, y aseguró que han sido muy hábiles para simular propaganda de promoción personal, al hacer que revistas y editoriales se hagan responsables de los espectaculares y de la pinta de bardas, aprovechando lagunas legales.
No hay duda de que los recursos utilizados en este tipo de promoción son no solo millonarios, sino de total opacidad, resultando un exceso frente a las tantas y múltiples necesidades que el país y la entidad detentan.