En pasadas fechas se polemizó la expresión del papa Francisco sobre el término de la “mexicanización”, en referencia al incremento del narcotráfico en Argentina. Este hecho generó la reacción de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que en voz del canciller José Antonio Meade, expresó: “Nos parece que más que estigmatizar a México o a cualquier otra región de los países latinoamericanos, lo que debiera es buscarse mejores enfoques, mejores espacios de diálogo y mayores espacios de reconocimiento de los esfuerzos que México y Latinoamérica hacen respecto de un tema que mucho nos preocupa y que mucho esfuerzo nos ha implicado”.
Si quienes se encuentran en los puestos estratégicos tuvieran madurez, reconocerían que las palabras del papa Francisco se quedan cortas para reflejar la realidad amplia del país.
El gobierno, como en todos los casos en que se le realizan críticas, intenta siempre hacer un control a través de la imagen, pero ya no es posible sostenerse en esta estrategia, pues es claro que la realidad mexicana ha rebasado las capacidades del actual gobierno y por si a los políticos les parece mucho el término “mexicanización”, a continuación hacemos una caracterización de lo que también incluye desde un enfoque de derechos humanos la realidad de nuestro país.
“Mexicanización” también es que los gobiernos entreguen los recursos energéticos a empresas transnacionales; que permita el incremento constante de la pobreza de sus habitantes, mientras que privatiza derechos fundamentales como la educación y la salud; es que se firmen tratados internacionales y leyes en pro de los derechos humanos, mientras que en la realidad se violentan sistemáticamente todos los derechos; es que las televisoras impongan personajes publicitarios como los políticos que conducen la vida del país; “Mexicanización” es que el Ejército actúe contra la propia población que está obligado a proteger, como sucedió en Tlatlaya; es que se arrebate a los pueblos sus tierras para imponer los proyectos que sólo benefician a empresas transnacionales; es que en las fosas clandestinas en el país existan miles de personas sin que se llegue a saber quiénes son las víctimas y quienes son los responsables; la “mexicanización” es que desaparezcan 43 estudiantes, se arranque el rostro a otros y qué no se sepa la verdad de los hechos ni se castigue a los responsables; es que miles de mujeres mueran por feminicidio; que los poderes reales estén en manos de las empresas y de las telecracias, y la “mexicanización” puede continuar.
Si eso es la “mexicanización” también podemos expresar el estado crítico que vive nuestro querido Tlaxcala, el que ha llegado a ser considerado de los más “seguros” en el país, hablemos entonces de la tlaxcalización, se refiere a un estado en donde se reproducen redes dedicadas a la trata de mujeres en el ámbito nacional e internacional sin que se actúe para desestructurarlas; el gobierno es experto en simular acciones contra problemas fundamentales de delincuencia organizada, mientras que en la práctica es incapaz de destinar recursos para sus propias políticas públicas como sucede con la Estrategia Estatal contra la Trata, mientras que las redes siguen operando nacional e internacionalmente y las víctimas originarias de Tlaxcala siguen apareciendo, como en el caso de Oaxaca; donde descaradamente declara que no es quién impone sanciones ambientales echando la bolita al ámbito federal o municipal, cuando que también es su responsabilidad; es un gobierno incapaz de soportar los cuestionamientos de su propio pueblo y de los medios de comunicación, pues sólo espera alabanzas y ensalzamientos, aunque esté conduciendo de manera errónea la vida del estado; es un gobierno que asegura tener al estado más seguro, aunque la delincuencia es tal que los comités vecinales ponen lonas de auto cuidado, ello porque la delincuencia sucede en pleno día e incluso llega hasta el interior de las iglesias; es un estado donde los altos mandos de la policía están acusados de secuestros; “tlaxcalización” es que un gobernador diga que no volverá a dar voz a los reporteros, quienes de origen tienen una labor crítica basado en el derecho a la información y libertad de expresión; es que la información se le reserve por 12 años a la ciudadanía, antes que aceptar que las acciones de las cuales se pide información no se han hecho… y como en el caso del país también nuestra lista puede continuar. Cualquier estado en el que esté ocurriendo alguno de estos hechos puede hablar de la “tlaxcalización” de sus territorios.
Es lamentable que nuestros gobiernos hayan desviado el poder a tal grado y que sus estrategias políticas se basen en el engaño y el autoengaño, que después de tantos años de lucha por la democratización del país y por la instauración de los derechos humanos, éstos se vean cada vez más ensombrecidos por los actuales gobernantes.
Pero en tanto los gobierno se empeñen en seguir ocultando la verdad, simulando en su actuar por los pueblos, violentando los derechos humanos, tendrán razón de ser todas las críticas surgidas de la sociedad civil y de los medios de comunicación, porque en el fondo está la verdad, que tarde o temprano surge con su fuerza propia. La sociedad debemos recordar que nuestro actuar tiene un juzgamiento de carácter histórico que terminará definiendo qué tan útil fue nuestro trabajo para la construcción de un mundo de justicia, paz, verdad y dignidad, esta es la lucha de muchas personas y de muchos pueblos, lucha que desde diversas trincheras se siguen manteniendo y que en este contexto de grave crisis por la que atraviesa nuestro país y nuestro estado, es necesario fortalecer, lucha que en el actual contexto no esperamos venga de ningún partido ni de ninguna persona que esté candidateándose, porque a ellas sólo les importa un espacio de poder político, en tanto a la ciudadanía y los pueblos nos preocupa la vida misma, así como el proceso histórico de humanización.