Viernes, abril 26, 2024

Muera México, vivan los gachupines

El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre, pero que no grite cuando lo pisen.

Emiliano zapata

 

Para imponer y asegurar su dominio sobre los territorios conquistados, las potencias colonialistas, invariablemente, procedieron a erradicar la lengua, la religión y las tradiciones de las culturas autóctonas. Las resistencias fueron vencidas con el exterminio y el terror. Tan finos métodos explican siglos de dominación colonialista en el mundo.

Tres en el caso de México, cuya acta de independencia se remonta al 28 de septiembre de 1821. En ella se lee “La Nación Mexicana que por 300 años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido. Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados; y está consumada la empresa, eternamente memorable”.

Pero eso fue apenas el principio. Siendo la razón de ser del colonialismo el saqueo de las riquezas naturales de los territorios subyugados, una vez que estos logran su independencia, otras fauces se abren dispuestas a devorar a la cachorra nación, débil e indefensa.

De hecho, como ilustra con maestría Gillo Pontecorvo en su Queimada (1969) protagonizada por el inolvidable Marlon Brando, es común que las propias potencias adversarias apoyen, abierta o soterradamente, los movimientos independentistas con el avieso propósito de convertirse en beneficiario sustituto.

Y si no es por amor será por fuerza, así que el bisoño México Independiente fue objeto de disputas, amenazas e invasiones por parte de las potencias ansiosas por adueñarse de sus riquezas. En esos lances Estados Unidos le robó la mitad del territorio y Francia lo invadió y le impuso un emperador, que Benito Juárez se vio obligado a fusilar, para que aprendieran a respetar.

Una vez “pacificada” la República, los inversionistas imperiales se adueñaron de las principales ramas industriales y actividades económicas: electricidad, minero–metalúrgica, ferrocarriles, petróleo, construcción, comercio exterior, etcétera. Le dejaron a la oligarquía nacional el gobierno y la administración pública, enormes latifundios y el abasto del mercado interno.

Vinieron la Revolución y la Constitución de 1917 y, con ellas, el ideal de construir, por fin, una república independiente, libre y soberana. Los constituyentes tenían claro que para lograrlo era necesario reivindicar la propiedad nacional sobre sus riquezas naturales y la capacidad del Estado para regular la actividad económica y la propiedad privada.

Esa es la trascendencia de su Artículo 27 al establecer que “La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación”. Bajo esa premisa se determinó el fin de los latifundios y el reparto de la tierra, es decir, la reforma agraria.

También definió que “Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como, los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas. Los productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los fosfatos susceptibles de ser utilizados como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos”.

Esta es la piedra angular del cardenismo, momento culminante del movimiento revolucionario, cuya política de expropiaciones fortalece como nunca al Estado mexicano y le confiere un sentido de identidad a la nacionalidad mexicana, un nacionalismo auténtico, racional y definitorio de una vía propia de desarrollo.

Bajo ese nacionalismo revolucionario se forjaron varias generaciones. La soberanía, el antimperialismo y anticolonialismo, la autodeterminación, la no intervención, la paz y la justicia social, conceptualizaron las políticas de gobierno: económicas, educativas, diplomáticas, industriales y agrarias.

El grito popular de ¡viva México mueran los gachupines! Sintetizaba el afán de los mexicanos por construir su propio país y su propio destino. Expresaba también su rechazo a cualquier injerencia externa en nuestros propios asuntos y su decisión de impedir que los extranjeros vinieran a saquear nuestros recursos.

Pero las fuerzas de la reacción, siempre anhelantes del paternalismo colonial, trabajaron tenaz y pacientemente recuperando espacios, corrompiendo y reprimiendo para ablandar voluntades y conciencias. Y hete aquí que bajo el canto de una supuesta transición democrática hacia la modernidad, se ha vuelto a enajenar a la nación y se han entregado sus recursos a la oligarquía nacional y a las empresas extranjeras. En vez de tener una vía propia de desarrollo, México baila al son que le toca el agio internacional.

Por eso el desánimo, la desesperanza y el desgarramiento del tejido social. Llevar acarreados al “grito” en el zócalo de la capital de la República o pagar millones a cantantes comerciales para convocar a los poblanos a la ceremonia de Moreno Valle (quien ya privatizó hasta el agua), confirman que el camino se ha desandado. Quieren matar a México y revivir a los gachupines.

Qué dolor qué dolor qué pena.

 

Cheiser: Una de las quejas reiteradas de los derechohabientes del IMSS, es la demora en recibir atención en cualquiera de sus áreas médicas o administrativas. Signo inequívoco del abandono mal intencionado en que se debate la institución emblemática de la seguridad social en México. ¡Ah! pero, gracias a Santiago Levy, Juan Molinar o algún burócrata de esos que se atienden en Houston, si un paciente llega un minuto tarde a la cita con su médico familiar, ésta se cancela automáticamente. Sufrirlo para creerlo.

Temas

Más noticias

Va en decadencia la tradición del Día de la Cruz, advierte artesano de cruces en Tehuacán

Albañiles indican que quedan pocos trabajadores en el sector, por los bajos salarios que perciben

Últimas

Últimas

Relacionadas

Renuncia Ariel Henry como premier de Haití entre ola de violencia

Puerto Príncipe. - Ariel Henry renunció este jueves como primer ministro de Haití, lo que dejó el camino libre para que se forme un...

Indígenas de Brasil marchan por sus derechos a tierras

Brasilia. - Miles de indígenas marcharon este jueves en Brasilia (capital brasileña) para reclamar al gobierno que reconozca oficialmente las tierras en las que...

Celebran en Portugal los 50 años de la Revolución de los Claveles

Lisboa. - Decenas de miles de personas celebraron el jueves en Lisboa el cincuentenario de la Revolución de los Claveles, un golpe de Estado...

Más noticias

Va en decadencia la tradición del Día de la Cruz, advierte artesano de cruces en Tehuacán

Albañiles indican que quedan pocos trabajadores en el sector, por los bajos salarios que perciben

En Huejotzingo se instalará estación de Tren de Pasajeros que irá de CDMX a Veracruz, promete Armenta

En Huejotzingo se instalará una estación del tren de pasajeros Ciudad de México-Puebla-Veracruz, que impulsará Claudia Sheinbaum Pardo a su llegada al gobierno federal,...