El actual cabildo del municipio de Puebla, propuesto por Morena y legitimado por el voto popular mayoritario, tiene el reto de innovar la conducción de la vida pública y, al mismo tiempo, contribuir a la transformación de las prácticas políticas, definiendo, así, una nueva forma de ser y hacer de los gobiernos municipales surgidos de Morena. Una posibilidad de este cambio es el cabildo abierto, cuyo propósito sería permitir a quienes lo integran, regidoras y regidores, establecer mecanismos de audiencia y respuesta, transparencia y rendición de cuentas, que los mantenga en relación permanente con la ciudadanía y se garantice así el cumplimiento de sus responsabilidades frente al electorado.
Es importante, e imprescindible, abrir canales de información al público, información proporcionada y verificable con datos abiertos. Sin embargo, es indispensable considerar, por un lado, que las decisiones dejen de ser monopolio de las autoridades electas y abrir la posibilidad de la participación de la ciudadanía para garantizar su derecho a intervenir en las mismas, tal y como lo establece el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el sentido de establecer los medios a través de los cuales la ciudadanía ejerza el derecho a participar en la gestión de los asuntos públicos. Se trata de avanzar en lo que se ha reconocido como “democracia participativa”; por otro lado, se debe poner en el centro de la discusión de la vida pública la intervención en el gobierno mediante redes entre la ciudadanía y quienes ejecutan las decisiones asumidas colectivamente.
Esta tendencia se asienta en valores fundamentales como la transparencia, el hacer pública la información, que de suyo es de todos, y abrir la participación ciudadana, entendiendo por tal el derecho a participar activamente en la formulación de políticas públicas, colaborando y aportando así a las administraciones el conocimiento y la experiencia de los ciudadanos.
Por supuesto, lo anterior hace necesario democratizar los reglamentos derivados de la Ley Orgánica del Municipio de Puebla, con el fin de asegurar la circulación de la información de manera accesible, apropiada y reutilizable y permitir el monitoreo a los regidores; establecer canales para recabar las propuestas de los ciudadanos y ofrecer respuesta en el tiempo constitucional; de la misma manera, se trata de establecer condiciones adecuadas para lograr el mayor alcance y legitimidad de la normatividad. Finalmente, los reglamentos deben convertirse en un instrumento eficaz para la deliberación entre las comisiones municipales y la población interesada.
Se trata, entonces, de poner al día la vida pública del municipio por medio de su democratización, pues esto forma parte importante en la agenda de las y los “ciudadanos de a pie” y también de quienes anunciaron su propósito de promover el cabildo abierto.
Estamos atentos a los cambios en las normas, canales e instrumentos que nos permitan ejercer poder ciudadano y conquistar más espacios para la democracia.