México firma un tratado comercial más. “El pacto promoverá el crecimiento, protegerá puestos de trabajo, reforzará la innovación, reducirá la pobreza y promoverá la transparencia” ¿Ha escuchado eso antes…? Un discurso reiterado y cansino que nos dice: sigan esperando y quietecitos.
Este acuerdo tiene su origen en 2005, ha pasado por una serie de negociaciones y se le han ido sumando otros países, originalmente son 4 cuatro los que firman, Brunei, Chile, Nueva Zelanda y Singapur; en 2008, se une Estados Unidos y propone el nombre con el cual se conoce, Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TTP), y se unen además de Estados Unidos, Australia, Perú y Vietnam. Desde entonces, se han celebrado diversas rondas de negociaciones poco transparentes y de espaldas a la población; en 2010, Malasia se une al grupo, y Japón en 2011, los últimos en incorporarse fueron Canadá y México en 2012.
Considerado como una fuerza para contrarrestar el poder de China, lo cierto es que su firma en Nueva Zelanda ha sido objeto de numerosas críticas, expertos en economía. Premios Nobel como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, consideran el acuerdo como poco claro, y con aspectos que pueden ser perjudiciales para consumidores y ciudadanos.
El monstruo del neoliberalismo con este acuerdo extiende sus garras, y México podría salir muy perjudicado, se habla del apoyo a las grandes farmacéuticas y que con el acuerdo se limitaría la venta de medicamentos genéricos, lo cual sería un duro golpe a la economía de los mexicanos, sobre todo ahora que varias enfermedades de las consideradas crónicas, como diabetes e hipertensión salen del cuadro de medicamentos básicos, lo que significa que los pacientes tendrán que hacerse cargo de sus medicamentos y si estos no se pueden conseguir en su forma genérica, que es más accesible económicamente para los enfermos, pues imagine usted, algo muy delicado sin duda. Además de esto, las organizaciones no gubernamentales han alertado también de la amenaza para los derechos laborales, y al medio ambiente. Tal vez esa sea la razón de la premura por la aprobación de las llamadas “reformas estructurales” que allanan el camino para la imposición de estas medidas a todas luces contrarias a los ciudadanos.
Existe oposición al acuerdo y los gobiernos de los países firmantes tendrán dos años para que este “pacto” sea conocido, discutido y aprobado por las instancias correspondientes de cada uno de los 12 países participantes.
Como ciudadanos debemos exigir se dé a conocer exactamente de qué se trata el acuerdo y someterlo al debate nacional y sea la gente quien decida si se firma o no. Por lo pronto, se ha iniciado una petición a través de la plataforma Change.org de firmas ciudadanas para decir ¡No al TPP! Usted la puede firmar y ayudar a su difusión.
https://www.change.org/p/dinoaltppahora?recruiter=17022012