Defender el territorio rural y urbano, comunitaria y colectivamente, encontrar y llevar la verdad y la justicia contra la impunidad de los opresores y construir el poder de comunidades y pueblos desde abajo y desde ahora, son tareas de los pueblos que cumplen a corto, mediano y largo plazos. Las formas y los ritmos de hacerlo las marcan las cualidades que construyen los pueblos y colectivos:
- La capacidad y frecuencia en que el colectivo de una comunidad u organización se expresa, propone, decide qué hacer por su cuenta. Participación efectiva en asambleas de trabajo, decisión y evaluación; coherencia entre lo que dice y hace el colectivo; formación para la lucha por una vida libre y digna; manejo y resolución de las diferencias y internas. En México aún pesa una cultura de pocos liderazgos colectivos, se concentra la voz, la propuesta y la decisión en pocos o en un jefe o “expertos”. Aún donde existe una participación colectiva, se dan formas jerarquizantes que se apropian del poder de “las bases”. Esta cualidad mide el sustento político de las organizaciones: ¿su horizonte interno práctica relaciones de respeto a la soberanía comunitaria?
- La forma en que se acercan y tejen relaciones de hermandad, acompañamiento y compromiso con otras fuerzas de comunidades, colectivos y organismos en lucha. Veamos con ellas cómo superan gremialismos, localismos, formas reivindicativas exclusivas del grupo y cómo abren y confluyen en cauces de clase, fuerza popular e internacionalista. Hasta ahora es frecuente que participemos o conozcamos solo relaciones inestables, puntuales, de unidad para un fin inmediato. Hay que saber hasta dónde en las organizaciones y comunidades la articulación amplía la perspectiva de lucha y se pronuncia por el no están solos, todos somos tal o cual fuerza agredida, la solidaridad no se niega ni se discute, aunque necesitamos hacerla recíproca… maneras de clase y un pueblo que se liberan, una lucha continental y mundial contra enemigos comunes. Las influencias geográficas o las instituciones que altera la acción de comunidades o colectivos permiten medir los alcances prácticos de una lucha. Puede verse esta cualidad cuando aceptan adecuarse a formas de acción y organización no siempre experimentadas por la organización en sus espacios. Al vincular la decisión colectiva interna con una lucha que expanden varias fuerzas, se construyen los sujetos históricos para destruir el capitalismo. Se necesita más que una misma doctrina, una confluencia de pensamientos que respetan la construcción de acuerdos para caminar juntos, sin perder sus identidades, potenciando una nueva que aprenda y arriesgue en común.
- El forismo y frentismo, la corrupción, o contrainsurgencia en direcciones, o consejeros de las organizaciones, así como las peleas doctrinarias, han pospuesto el acuerdo, la práctica y evaluación en común. Contra esas formas de organizar desde arriba y por unos cuantos, ser asamblea cuando nos unimos y ser una red de asambleas y consejos particulares cuando estamos en nuestros espacios es algo a fortalecer o a crear si falta.
*Fragmento de un tema en debate en la Casa de los Pueblos, México, septiembre de 2015.
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