Alabanza propia es refrigerio.
Carlos Monsiváis.
Como cada día del maestro, el gobierno federal no quiso dejar pasar la ocasión para realizar un anuncio sensacional a cargo del señor Peña Nieto, quien aseguró que la reforma educativa es la más importante de todas las realizadas ya que tiene “alcance nacional y aquellas entidades –concluyó– que se han retrasado en su aplicación deberán acelerar el paso para que sus estudiantes no se queden rezagados.” ¿Será? Por lo pronto, nos parece curiosa esa declaración, sobre todo porque coincidió con una publicación reciente del Foro Económico Mundial, que contiene un análisis detallado sobre el concepto del Capital Humano/Educación a nivel mundial.
La publicación reúne los resultados de una investigación en 146 países sobre el aprovechamiento o exclusión de las personas, tomando en consideración a jóvenes menores de 15 y a las de más de sesenta y cinco años. Para el caso de nuestro país, dice el documento: “México no logra despegar y ocupa el lugar 58 de 124 países, donde nuevamente en las áreas de ciencias y matemáticas el país salió reprobado; de la mayoría de los casi 3 millones de titulados en el país, pocos terminan carreras cercanas a la agricultura, educación, humanidades, ciencias sociales y artes.”
Respecto del llamado “capital humano”, los países mejor calificados respecto son: Finlandia, Noruega, Suiza, Canadá, Japón, Suecia, Dinamarca, Holanda, Nueva Zelanda y Bélgica. Estados Unidos ocupa el lugar 17 Estados Unidos, Alemania el 21 y Rusia el 26. México, por supuesto, se encuentra en los últimos lugres del ranking mundial.
En otro orden de ideas y ya que estamos cerca de las elecciones, el Instituto Nacional Electoral (INE) mandó a efectuar una encuesta que abarca todo país. Obteniendo los siguientes resultados: 23 por ciento opinó que estas elecciones han sido parcialmente confiables; sólo una cuarta parte (27 por ciento) consideró que eran confiables. 38 por ciento del electorado afirmó que no irá a votar; casi la mitad (48 por ciento) no tiene voluntad de ir a las urnas; un 15 por ciento aún no se decide y un 46 por ciento declaró que es muy probable que haya violencia ese día. (Proceso 8/V/2015).
Podemos señalar que las expectativas generadas por el gobierno al impulsar las reformas estructurales, han concluido en fracaso total y los mexicanos seguimos esperando los resultados positivos prometidos; destacando que una parte fundamental del escenario gubernamental, ha sido su retórica “Los beneficios de la medidas emitidas serán apreciados en las mesas de los mexicanos” o “Tenemos que apretarnos el cinturón, pero las buenas noticias llegarán muy pronto.
Ya son 32 años de espera y los “buenos resultados” que las reformas iban a traer los seguimos esperando, pasa el tiempo y nada, cuánto tiempo habrá de pasar para convencernos que el régimen es inviable ¡Vaya entorno!