La organización de la iglesia mexicana durante el siglo XVI fue un ejemplo único en América debido a que, comparado con lo sucedido en Perú y Bogotá, la instalación de los obispados en la Nueva España no causó revueltas sino que sirvió como forma de pacificación y extensión de la colonización española.
Ello, lo refirió la historiadora Leticia Pérez Fuente al abrir, esta mañana, la primera jornada del seminario La dimensión imperial de la iglesia novohispana siglo XVI al XVIII que celebran en conjunto la UAP y la UNAM en la sede de la Aduana Vieja.
La miembro del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y Educación de la UNAM señaló que la organización de la iglesia mexicana fue una forma de respaldar el proyecto social de la corona española, en una fecha temprana -1846- y sin un plan previo de la iglesia.
Pérez Fuente, comparó que contrario a lo ocurrido en Perú y Bogotá, en donde la instalación de los obispados estuvo marcado por continuas guerras lo mismo indígenas que de orden civil, para el año de 1548 en la Nueva España ya estaban instaladas la mayoría de las provincias, con excepción de Verapaz, Yucatán y Manila.