Mientras el mundial en Brasil sigue su curso y el seleccionado mexicano se prepara para enfrentar a su similar holandés, nuestro selecto grupo de legisladores afina su puntería para los goles que nos van a introducir en el marco de nuestra legislación. Lo anterior no es nada nuevo, no es la primera ocasión que se utiliza un acto deportivo, del espectáculo o de los afamados “realities” (Bailando por un sueño) o “talk shows” como el de Laura de América, con la conductora más nefasta que ha dado la televisión en América Latina. En efecto, pese a que pudiéramos considerar ya superado el discurso de Armand Mattelart que vio en los medios de comunicación una manera de nuevo colonialismo por su poder de distracción y por su enorme capacidad de construir y afirmar ideologías de diverso tipo, hoy no nos queda más que pensar lo contrario: la vigencia de Mattelart es visible; de otra manera no se puede explicar la presteza con la que las posturas desde el poder con respecto a su relación con los medios de comunicación pasan lo mismo de una lisonja entreguista a un amasiato en verdad nefasto. En redes sociales se discute la legitimidad del mundial y su papel distractor, cosa que, con sorpresa vemos, genera ámpula en personas de conocida postura crítica hacia el poder, pero que se muestran permisivos y hasta ingenuos al hablar del llamado “Rey” de los deportes. Si bien la justa deportiva tiene auténticos actores y todavía más auténticos fanáticos, no podemos soslayar el gran efecto distractor que conlleva. Lo contrario es negar el poder de lo mismo que estas personas critican.
Al margen de estas discusiones, existen otros asuntos pendientes y que a muchos de nosotros nos preocupan. Hace semanas platiqué del panel en que el senador de Acción Nacional Javier Corral marcó su postura sobre las reformas secundarias a la nueva ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión en el marco del Encuentro de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación en San Luis Potosí. Ahora lo conducente es hablar del Frente por la Comunicación Democrática, capítulo Puebla. Como se ve, este frente es la representación en nuestro Estado del que formó el mismo Corral hace ya unos meses en abril pasado, en la Ciudad de México junto con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, líder ideológico de la izquierda mexicana. Pues bien; una vez constituido el capítulo poblano de este esfuerzo ciudadano, político y académico, toca al mismo ahora plantear acciones claras para vincular a los senadores poblanos en el debate que está por darse, por lo que proponen en conferencia de prensa hace unos días un “marcaje personal” a los legisladores para que “privilegien el interés público sobre los intereses privados para realizar una legislación en telecomunicaciones y radiodifusión que sea armónica con la reforma constitucional aprobada en 2013”, según informa el boletín de prensa que el Frente ofreció a los compañeros de los medios. Cabe acentuar el carácter estrictamente plural del Frente lo que lo desvincula de iniciativas políticas o preferencias partidistas. Se trata básicamente de una iniciativa ciudadana y como hemos comentado, académica.
El boletín afirma que “el proyecto de dictamen elaborado por el gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto, ha incorporado varias modificaciones acordadas por algunos senadores del PRD, que si bien mejoran en algo distintos artículos, no tocan los temas esenciales que han generado mayor preocupación entre distintos sectores de la sociedad”. Para ellos en el proyecto impulsado por el Ejecutivo perviven algunos elementos regresivos, lo que hace que lo califiquen de “contrarreforma”. Los temas preocupantes para el Frente son: “Garantía plena de los derechos de las audiencias; fortalecimiento de los medios públicos; régimen no discriminatorio para medios de uso social; competencia efectiva en radiodifusión comercial; respeto a la autonomía constitucional del IFT; promoción efectiva de la producción nacional independiente; otorgamiento de concesiones”. Habría que añadir que la garantía de medios comunitarios e indígenas se encuentra contenido dentro de varios puntos de la propuesta, desde los medios de uso social y de los de origen independiente… de igual manera, la producción universitaria, tanto en radio como en televisión, mismas que deben ser garantizadas una vez que se verifique el apagón analógico. Lo anterior debe quedar claro, pues le pese a quien le pese, Canal Once, TVUNAM, Radio UNAM, Radio BUAP, Radio Ibero (en México), por mencionar algunos ejemplos, han sido los únicos espacios que han tenido aquellos músicos, actores, locutores, especialistas y artistas, todos independientes o no pertenecientes a las nóminas del duopolio televisivo; de igual manera, representan los únicos medios interesados en la presentación de manifestaciones artísticas como el teatro, la música de orquesta, coral, de cámara, el son y la producción artística tan rica en nuestro país. Sin estos sitios de desfogue, México viviría una vida de telenovela, futbol y revista de espectáculos. Lo que queda pendiente, más allá del marcaje a los legisladores, es la formación de las audiencias, prepararlas para enfrentar los embates de semejantes perversidades. Desde la academia, sin dudarlo un instante, debemos trabajar a través de foros, seminarios permanentes, conferencias, paneles, siempre con academia, investigación y compromiso social. El reto es importante.