La derecha en México tiene una larga trayectoria de oposición a los cambios progresistas. Con las armas en la mano se opuso a las reformas liberales, e incluso pidió un príncipe europeo para gobernar el país; más tarde, con Victoriano Huerta, intentó restaurar el régimen oligárquico y para lograrlo asesino a Francisco Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez. El usurpador y su camarilla fueron barridos por el vendaval revolucionario; sin embargo, en 1938, la derecha intentó otro golpe de Estado.
En efecto, si bien el decreto del 18 de marzo de 1938 con el cual el presidente Lázaro Cárdenas expropió el petróleo, tuvo un abrumador apoyo popular, la derecha acudió a todo lo posible para evitar, primero, la expropiación y, luego, para revertirla. El mismo año de 1938, en San Luis Potosí, el general Saturnino Cedillo se levantó en armas sostenido financieramente por las empresas petroleras que, así, enfrentaban un acto soberano del gobierno mexicano. El levantamiento fue apoyado por diversos membretes dela derecha como la Confederación de la Clase Media, la Asociación Española Anticomunista, la Falange Poblana, la Falange de México, la Acción Cívica Nacionalista y algunas otras agrupaciones de escasa representatividad social (José Mancisidor, Historia de la Revolución Mexicana: 322).
El mismo Mancisidor, escribe que no se habían cumplido aún dos meses del decreto expropiatorio cuando el 15 de mayo la Legislatura de San Luis Potosí aprobó un decreto en el que se desconocía al presidente Cárdenas “por su incapacidad para gobernar” (sic) y porque: “creyendo falsamente realizar la independencia económica del país con un decreto que, visto bajo el sentido práctico de la vida real, resulta un acto antieconómico, antipolítico y antipatriótico…”. El presidente Cárdenas enfrentó personalmente la rebelión, y con su sola presencia en San Luis derrotó la intentona reaccionaria.
Los descendientes de esa derecha, siguen actuando en México intentando por todos los medios posibles hacer naufragar el gobierno de AMLO. Agrupada en Causa Común y en #NoMásDerroches, ya han pedido la renuncia del presidente e interpuesto 147 amparos contra la construcción del aeropuerto en Santa Lucía logrando detener las obras. Causa Común, es dirigida por María Elena Morera, quien, en 2009, en el gobierno de Felipe Calderón recibió del secretario de Seguridad, Genaro García Luna (a quien la revista Forbes incluyó, en 2013, en la lista de los 10 hombres más corruptos de México), 4 millones 256 mil 916 pesos como “donativo” a otro membrete entonces dirigido por la señora Morera: “México Unido contra la Delincuencia”.
#NoMásDerroches, está auspiciado por Claudio X. González, quien también está detrás de Mexicanos Primero, membrete con el cual este empresario intentó apoderarse del sistema educativo mexicano en connivencia con el gobierno neoliberal de Peña Nieto; ahí también coincide la Confederación Patronal de la República Mexicana, y cualquier otro membrete que se les ocurra crear.
La derecha volverá a fracasar y acostumbrase a una nueva realidad que ha empezado a forjarse sin ellos… como siempre.
- Durante 46 años, José Narro “no supo” de las trampas en el PRI, ¿o enmudeció porque se benefició de ellas?