CAÑADAS DEL RÍO APULCO, SIERRA NORTE DE PUEBLA, MÉX. El Encuentro de Pueblos en Resistencia en Contra del Modelo Extractivo Minero, celebrado entre el 14 y 16 de marzo en la comunidad indígena de Tlamanca del municipio de Zautla, fue un espacio de construcción de lazos de hermandad y esperanzas. En el taller 1 fue posible conocer una gran diversidad de estrategias que han emprendido las comunidades para defender su tierra, su agua y su vida.
Sobre todo, ante la falta de información verídica y confiable de parte de las autoridades y empresas, en muchas localidades rurales se han informado y construido redes de difusión, muchas veces de casa en casa, presentando materiales audiovisuales y otras veces en asambleas informativas.
En otros momentos han recurrido a medios de comunicación comunitarios como las radio y han utilizado pintas y realizado folletos para hablar del proceso de minería a cielo abierto. Otra acción ha sido conocer los testimonios de personas donde ya están trabajando las empresas mineras y esto fortalece la tarea de informarse pues se sensibilizar a más gente que se muestra renuente o que sólo dispone de la información de la parte empresarial, cuando mucho; pues la constante es que nadie le informa a las comunidades, éstas se dan por enteradas cuando ya han comenzado los trabajos de exploración.
A su interior, una estrategia de las localidades ha sido fortalecer el tejido comunitario y la voz colectiva, esto muchas veces pasa por la reconciliación y el diálogo para favorecer el entendimiento entre autoridades y el pueblo. Después de este proceso, algunas comunidades han levantado la voz en mítines, caravanas y marchas, además de que muchas veces se han tenido que recurrir a abogados, a diálogos con autoridades con el objetivo de cancelar dichos proyectos y a herramientas jurídicas como el ordenamiento territorial.
Las alianzas que se han tenido que tejer han sido con organizaciones no gubernamentales, con migrantes de las mismas comunidades que respaldan la lucha, con organizaciones de derechos humanos, con algunos diputados y con autoridades agrarias. También se ha acudido con sacerdotes, investigadores y medios de comunicación se han aliado también con las luchas, abonando a la construcción de espacios todavía más diversos.
No todas las estrategias y acciones han funcionado como las comunidades esperaban. Veces el mismo diálogo al interior no se ha logrado, en otros momentos han fallado las universidades que prometen ayudar estudiando las Manifestaciones de Impacto Ambiental.
Muchas veces han fallado las autoridades de distintos niveles que no responden o no se integran a la lucha, a pesar de la exigencia del pueblo que demanda de sus autoridades encabezar la resistencia, peor aún, en esta búsqueda algunos se han enfrentado a la corrupción y mentiras por parte de las autoridades.
Algo que mencionaron en este taller fue que lo que no ha funcionado ha sido aliarse con partidos políticos que generan división y recurrir a medios de comunicación oficiales. Las autoridades locales y nacionales no han mostrado capacidad para escuchar y actuar a favor del pueblo. Por el contrario, es notoria la complicidad con las empresas en la gran mayoría de los casos, pues a final de cuentas su proceder termina por benefician a las élites y marginan y criminalizan a los directamente afectados: los campesinos y los pueblos indígenas, los más pobres y vulnerables que se resisten a ser despojados de sus territorios.
Este diverso panorama fue complementado por la reflexión de los expositores Gustavo Castro y Miguel Mijangos, integrantes de la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) que mencionaron que las estrategias se utilizan para que sean los pueblos indígenas quienes gobiernan sus vidas y territorios y las acciones son las actividades que se realizan en la cotidianeidad para lograrlo. En cuanto a la estrategia marcaron tres ejes: jurídico, mediático y social.
En cuanto al ámbito jurídico, el primer permiso es la concesión, el segundo permiso es el que otorga el dueño del predio. En ese caso, si se trata de un bien común se defiende mejor que si la tierra está parcelada. Para la propiedad agraria es más fácil detener a una empresa minera, es necesario que la asamblea agraria diga no a la minería. Todo depende de qué quieran las comunidades, pero siempre se enfrentan a la intención de comprar voluntades; aquí el dinero juega un papel de división comunitaria al determinar la decisión sobre el destino de un bien común, pues muchas veces las decisiones de las autoridades son mediadas por altos sobornos.
Por eso, este proceso jurídico funciona si va acompañado de un proceso del fortalecimiento de las asambleas de manera que sean previas, libres y culturalmente adecuadas. En proceso de información y concientización. Se trata de establecer diálogo o palabra y no solamente conocer los impactos de los proyectos sino además tener asambleas legales en las que salgan resolutivos que nos permitan llegar a la ejecución de acciones.
En cuanto a los medios de comunicación, se reconocen como herramientas que apoyan el sentido de esas acciones en tanto que brinda información para que la gente esté informada y pueda tomar decisiones en beneficio de la comunidad. Y que cuando no existen, en necesario crear nuestros propios medios que faciliten la participación de amplios sectores de la sociedad.
Finalmente, en este taller se habló de que una estrategia es la educación en DDHH pues estos proyectos nos violentan los derechos y estamos acostumbrados a la obediencia. Y en este diálogo, hay que recoger diferentes miradas y es importante recogerlas todas, de los jóvenes y mujeres, así nos llenaremos de diferentes imaginarios que nos movilicen a todos en defensa de nuestra vida.