Viernes, abril 26, 2024

El país está en una descomposición moral y ética, manifestó Cristina Barros

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La investigadora de la UNAM y columnista de La Jornada estuvo ayer en la Casa de las Bóvedas de la Univer-sidad Autónoma de Puebla ■ Foto Rafael García Otero
La investigadora de la UNAM y columnista de La Jornada estuvo ayer en la Casa de las Bóvedas de la Univer-sidad Autónoma de Puebla ■ Foto Rafael García Otero

Ante las movilizaciones sociales en el país, Cristina Barros Valero, hija del rector de la UNAM en 1968, Javier Barros Sierra, aseveró que “hay una descomposición moral y ética en México, donde sectores enormes de la población están en estado de sitio, mientras la tendencia es comprar la conciencia de las personas, y eso es inmoral, rompe las vertebras de una persona y de un país entero”.

La investigadora de la UNAM y columnista de La Jornada estuvo ayer en la Casa de las Bóvedas de la Universidad Autónoma de Puebla, en compañía del rector Alfonso Esparza Ortiz y de Aurelio Fernández y Armando Domínguez, estos últimos miembros de la Brigada del 68 en Puebla, donde dictó la conferencia “El rector digno”, en honor a su padre.

La plática se desarrolló durante la conmemoración del 45 aniversario del Movimiento de 1968, que derivó en la masacre estudiantil del 2 de octubre de ese año.

Respecto a la reforma educativa y al conflicto magisterial actual, Cristina Barros aseveró  que si hubiera un dialogo franco y real entre las partes involucradas “se podría dar el primer paso para una verdadera revolución educativa en México, más allá de la reforma laboral que se está planteando contra el magisterio; sí, una reforma profunda que incluya un proyecto de nación del que se carece”.

En el caso específico de la protesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), comentó que los maestros necesitan ser escuchados por la autoridad.

“Los maestros han estado planteando con toda seriedad una serie de alternativas que no se están escuchando, pero en lo general el gobierno no se está escuchando a los movimientos sociales en el país, por que hay una especie de agenda marcada por la economía externa que se impone a México”, explicó a los universitarios.

Barros Valero dijo que esta situación impide que los gobernantes realmente puedan estar en una actitud de apertura independiente, ya que señaló que contrajeron compromisos demasiado grandes y a espaldas del pueblo de México, que hoy nos imponen como parte de una agenda, por eso no se escucha a la población, por lo que recalcó que si hubiera la posibilidad de un diálogo real, de sentarlos a la mesa (tanto al gobierno como a la CNTE y otros actores) se daría el primer paso para una verdadera revolución educativa en México.

La investigadora aseguró que hace mucho que en el país no hay un proyecto de nación que convoque a todos los mexicanos, y eso es lo que está faltando para solucionar los problemas torales del país.

“La reforma educativa sería el tema central,  porque no hay proyecto de nación sin un compromiso de una reforma educativa profunda”, explicó.

En la sesión de preguntas y respuestas Cristina Barros respondió, sobre su visión del país, que hay una descomposición moral y ética en México, con sectores del país que están en estado de sitio, mientras el gobierno tiende a comprar la conciencia de las personas, lo cual aseveró rompe las vertebras de un persona, de un país.

“No se puede doblegar así a la gente, hincarlos para que se vayan así por un camino que no quieren, a cambio de unas cuantas migajas”, criticó.

Cristina Barros consideró que son estos problemas los que deberían estar en la mesa del diálogo. Por principio de cuentas, opinó, se debatiría sobre una verdadera reforma laboral que forme parte de un proyecto de nación en donde la justicia, que tanto hace falta, sea otro de los ejes rectores del gobierno.

Para mí –agregó– lo que se está manejando no es una reforma educativa;  la gente y todos los maestros deben ser escuchados, así como a los investigadores y legisladores que se han pronunciado en distintas vertientes; por lo tanto, advirtió que sólo el diálogo los llevará a un buen término, pues dijo que la imposición y la represión no ayudan a la razón.

“El país que no inculca respeto a los maestros y no escucha a la gente va por mal camino”, predijo.

Para concluir parafraseó a su padre, “lo que se ha llamado la apertura al diálogo es el único camino digno de los hombres: la razón y no la violencia; la discusión y no la injuria o la condena; la educación y no la represión”.

Anuncia rector actividades para festejar el 2 de octubre

Por su parte, el rector de la UAP, Alfonso Esparza Ortiz, tomó la palabra y agradeció la participación de Cristina Barros en la casa de estudios para hablar de su padre, el ex rector de la UNAM Javier Barros Sierra.

Al respecto, Esparza Ortiz comentó que es un admirador del ingeniero Barros Sierra, no sólo como rector, sino como figura pública, funcionario y pensador.

En ese sentido, señaló que no hubo mejor título para la plática que la de “El rector digno”, para hablar de la vida y obra de Barros Sierra durante su posición en la UNAM, en el Movimiento Estudiantil de 1968.

Sorprendió a la concurrencia que el propio rector les preguntara si alguien del público quería hacer uso de la palabra. Luego de una pausa, el antropólogo Julio Glockner lo hizo para resaltar la importancia de dignificar la autonomía y la diversidad, “cosa que no se hacía hace mucho tiempo en nuestra universidad”, y celebró que Esparza Ortiz no sólo se hubiera quedado, sino convocado a abrir el debate. “Ya nos habíamos acostumbrado a que los rectores desde hace unos años nada más inauguraran y enseguida se fueran”. Luego, varios estudiantes de las preparatorias cercanas intervinieron para hace preguntas y comentarios, lo mismo que otros universitarios.

A unos días del 2 de octubre, el rector anunció la realización de una jornada de actividades para recordar la movilización estudiantil, que representó un parteaguas en la historia reciente del país, con la proyección de tres cintas: Canoa, Rojo Amanecer y Tlatelolco.

Asimismo, informó que la UAP reproducirá el Museo de Sitio de Tlatelolco en las instalaciones del Complejo Cultural Universitario (CCU) para que sea visitado por el público en general a partir de la próxima semana.

La participación de Alfonso Esparza en dicha conferencia fue bien recibida por los estudiantes, investigadores y académicos que se dieron cita en el lugar, destacando que es la primera vez que un rector se queda a escuchar la totalidad de la plática.

Para recordar la forma de pensar del ilustre rector, en la conferencia en la que lució una Casa de las Bóvedas abarrotada, se reprodujo el discurso que emitió Barros Sierra el 1 de agosto de 1968, previo a una manifestación estudiantil multitudinaria.

En dicha movilización participaron todas las autoridades universitarias, los integrantes del Consejo Universitario, los dirigentes de la Asociación de Trabajadores Administrativos de la UNAM y del Sindicato de Profesores, así como maestros, estudiantes, trabajadores y padres de familia de la UNAM y del IPN.  Las cifras de participantes se calcularon en 150 mil personas.

Finalmente, Aurelio Fernández, a nombre de la Brigada del 68 en Puebla, aprovechó para invitar al publico en general a la jornada artística y cultural del próximo 2 de octubre a las 12 horas en el Parque Juárez, donde participará la escritora Elena Poniatowska, el caricaturista de La Jornada “El Fisgón”, la actriz Jesusa Rodríguez, “y el propio Díaz Ordaz”; y los músicos Rizo y Abascal, entre otros.

 

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