En la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes se cruzó el sábado una nueva pista: los investigadores que siguen su rastro hallaron sobre un féretro las iniciales MC, que se corresponden con las del autor de El Quijote.
La noticia, que saltó a los medios en la noche del domingo, provocó la euforia entre los investigadores. Por un momento, el objetivo del proyecto iniciado hace 10 meses parecía estar cerca. Los primeros análisis de los huesos hallados enteros, sin embargo, llamaban a la cautela.
“Ya descartamos que sean de Cervantes, entre otras cosas, porque no corresponden a la edad (que tenía el escritor cuando murió), pero queda mucho fragmento y hueso destruido, concretamente cerca de donde se encontraron las iniciales”, dijo hoy el médico forense Francisco Etxeberría a las puertas del convento de las Trinitarias, donde se cree que fue enterrado el llamado “príncipe de los ingenios”.
Periodistas y curiosos merodeaban hoy alrededor del histórico inmueble, fundado en 1612 y situado en el barrio de las Letras, a pocos metros de una calle a la que Cervantes da nombre, en pleno centro de Madrid.
La búsqueda de los restos del escritor español más famoso de todos los tiempos se ha convertido en una aventura. En el interior del convento, convertido en un laboratorio, una veintena de científicos ataviados con trajes especiales y mascarillas extraen restos óseos del sepulcro y los analizan.
Entre los más de 30 nichos localizados buscan los restos de un hombre de unos 70 años, con atrofia en la mano izquierda, seis dientes, columna vertebral dañada y marcas en el esternón de los disparos de arcabuz que recibió en la batalla de Lepanto (1571).
Las iniciales localizadas, de media pulgada, están formadas por tachuelas de hierro insertas en una tabla de madera “muy deteriorada”, según informaron a dpa fuentes del área de Artes del Ayuntamiento de Madrid.
En el nicho en el que se encontró la tabla, se hallaron restos óseos de varias personas, pero también tejas, arena y otros materiales de desecho, lo que apunta a la existencia de varios enterramientos.
“Esto ha estado en uso mucho tiempo con lo cual la tarea de investigación histórica está en curso, esto acaba de empezar”, dijo a los periodistas la arqueóloga Almudena García Rubio, una de las responsables de la investigación.
La identificación de los restos encontrados podría extenderse en el tiempo, según aclaró el Ayuntamiento de Madrid.
El hallazgo tuvo lugar pocas horas después del inicio de la segunda fase del proyecto, centrada en la parte forense y osteológica.
La búsqueda arrancó en abril del año pasado con un equipo de 30 especialistas capitaneado por el prestigioso forense Francisco Etxeberría, que ha participado en exhumaciones de víctimas de la Guerra Civil española y en la del poeta chileno Pablo Neruda.
Durante tres días se tomaron muestras del suelo, de las paredes y de una cripta del convento, cerrada desde 1955 y ubicada bajo el suelo. La expectación mediática fue enorme.
Hace unos días, se llevó a cabo una prospección geofísica mediante georradar en el suelo del habitáculo con termografía infrarroja y fotografía infrarroja en los parámetros verticales y horizontales, gracias a lo que se detectaron entre cuatro y ocho nuevos enterramientos.
Ahora, el hallazgo de dos simples letras despierta la ilusión de los investigadores casi cuatro siglos después de la muerte de Cervantes.
Con información de Dpa.