A nada de que termine el 2014, cabe preguntarse cuáles fueron las mejores películas que en su transcurso llegaron a la cartelera comercial de Puebla y la región. La abrumadora mayoría vino de EU, pero algo tuvimos de otras cinematografías, de incuestionable valor. Notarán en este reporte la ausencia de cintas franquicia y/o de “fórmula”, lo que obedece al deseo de celebrar, más bien, a ese cine de búsquedas diferentes, o acaso menos calculadas. Justo por eso no considero aquí blockbusters como Guardianes de la galaxia (bien recibida por la crítica); o como X–Men: días del futuro pasado (con su apantallante cast de Hugh Jackman, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, James McAvoy, Halle Berry y Ellen Page); o como Los juegos del hambre: sinsajo–parte 1 (con una decena de nuevos personajes y todavía con Philip Seymour Hoffman); o como Capitán América: el soldado de invierno (con Scarlett Johansson en el rol de Viuda Negra), o como El hobbit: la batalla de los cinco ejércitos (144 minutos más de eventos en la Tierra Media), y otros films del estilo o similares. Claro que cuentan y valen la pena, pero no necesariamente en el perfil de este comentario ni en este momento. Como cada año, en lo que leen a continuación permea la subjetividad de quien escribe. Créanme: no hay manera de hacer un balance “químicamente puro” –objetivo al 100– porque juzgas lo que ves y lo que sientes, y las personas difícilmente vemos y sentimos lo mismo.
Comienzo por esas películas valiosas que en este desfalleciente 2014 no nos llegaron de Hollywood, lo cual casi siempre significa otro tipo de mirada, menos dependiente de la taquilla y consciente de que “espectáculo” no es el único concepto inherente al arte cinematográfico. De este cine diferente, en estricto orden alfabético, lo mejor visto en nuestras pantallas –según mi opinión– fue: Amor a la carta (India; de Ritesh Batra), El gigante egoísta (Reino Unido; de Clio Barnard), El médico alemán (Argentina; de Lucía Puenzo), El pasado (Francia–Irán; de Asghar Farhadi), La bicicleta verde (Arabia Saudita; de Haifaa Al–Mansour), La jaula de oro (Guatemala–México; de Diego Quemada–Diez), La vida de Adele (Francia; de Abdellatif Kechiche), Los insólitos peces–gato (México; de Claudia Saint–Luce), Ninfomanía vol.1 (Dinamarca; de Lars von Trier), Ninfomanía vol.2 (Dinamarca; de Lars von Trier), Philomena (Reino Unido; de Stephen Frears), Siempre estaré contigo (Canadá; de Michael McGowan), ¡Somos lo mejor! (Suecia; de Lukas Moodysson) y Un viaje de 10 metros (India; de Lasse Hallström). 14 películas que atraparon al cinéfilo por razones diversas en cada caso. De ellas, mis cinco favoritas fueron: Amor a la carta, El pasado, La bicicleta verde, Philomena y Un viaje de 10 metros; es decir, las dos hindús, la franco–iraní, la saudi–árabe y una de las británicas.
Y en cuanto a lo estadounidense, lo que se destacó de la amplia oferta anual fue: Bajo la misma estrella (The fault in our stars; de Josh Boone), Balada de un hombre común (Inside Llewyn Davis; de Ethan & Joel Coen), Birdman (de Alejandro González Iñárritu), Chef a domicilio (Chef; de Jon Favreau), El club de los desahuciados (Dallas buyers’club; de Jean–Marc Vallée), 12 años esclavo (de Steve McQueen), Decisión final (Draft day; de Ivan Reitman), Escándalo americano (American hustle; de David O. Russell), Her (de Spike Jonze), Interestelar (de Christopher Nolan), El lobo de Wall Street (de Martin Scorsese), Perdida (Gone girl; de David Fincher), Un atrevido Don Juan (Don Jon; de Joseph Gordon–Levitt) y Las vueltas del destino (August: Osage County; de John Wells). Sospecho (con bastante certidumbre) que también habría enlistado Gran Hotel Budapest, de Wes Anderson, pero increíblemente no alcancé a verla en sala. Seguiré este balance en próxima oportunidad, incorporando algunos matices de interés.