El gobernador del Banco de México, el señor Agustín Carstens, recibió en Washington reconocimientos a su desempeño al frente del banco central, por parte de la revista Euromoney, la cual le otorgó el premio banquero central 2013 a nivel global. Y después de ello, recibió el reconocimiento como gobernador de banco central 2013 para América Latina otorgado por la publicación Emerging Markets, la cual destacó el papel que ha desempeñado en “la estabilidad macroeconómica y financiera de México” y como impulsor de “las reformas que ha presentado el gobierno de México”, resaltando a su vez el “extraordinario trabajo en el manejo de la política monetaria”. (La Jornada, 14 de octubre 2013).
Uno se pregunta, como es posible que se premie tanto al responsable de la política monetaria del país, cuando la economía nacional enfrenta serios problemas de caída de su actividad productiva, persisten altas tasas de desempleo y subempleo, y la creciente miseria. Las proyecciones de la actividad económica siguen ajustándose a la baja. De esperarse un crecimiento entre 3.5 y 4 por ciento para este año, ya las proyecciones la colocan en 1.2 por ciento, siendo que aún faltan cerca de tres meses para terminar el año.
El Inegi nos informa que la industria manufacturera “en ocho meses el ritmo anual de aumento de esa actividad fue el menos dinámico desde 2009”. De enero a agosto de 2012 la tasa de crecimiento anual de la producción fue de 4.77 por ciento, y pasó a ser de 0.74 por ciento de enero a agosto de 2013. Nos dice que 10 de las 21 ramas manufactureras están en recesión. Se reporta que la producción de vehículos disminuyó 4.6 por ciento en septiembre.
Por otro lado, las altas tasas de interés que operan en el país, junto a la apreciación de la moneda nacional, aunada a las reformas estructurales que impulsa Agustín Carstens, benefician al sector bancario y financiero que operan en el país, haciendo que la banca, a pesar de la fuerte desaceleración de la actividad económica del país, siga mostrando altas ganancias, y mayores a las que obtiene en su lugar de origen. Esas son las razones del porque de las medallas internacionales que el señor Carstens obtiene.
En vez de bajar más la tasa de interés, e inyectar liquidez a favor de la esfera productiva y del empleo, y de flexibilizar el tipo de cambio para mejorar la competitividad de la producción nacional, y así impulsar el crecimiento económico, la política monetaria seguida privilegia la estabilidad del poder de compra de la moneda, a costa de sacrificar la competitividad, el crecimiento económico y el empleo, y es por eso, por defender los intereses del sector financiero, de preservar y proteger la valorización del capital financiero a cualquier costo, que se le reconoce como el banquero central 2013 a nivel global, y como el mejor gobernador de banco central 2013 para América Latina.
Los analistas internacionales están preocupados de que la volatilidad internacional actual que se está traduciendo el fuertes movimientos de entrada y salida de capitales, pueda trastocar la “estabilidad” alcanzada en el mercado financiero del país, por lo que le solicitan al banco central y a su gobernador Carstens de que encare tales retos, a fin de no ver afectados sus intereses. Ello implica que debe seguir con la política monetaria como hasta ahora, lo que evidencia que seguiremos sin tener política monetaria, cambiaria y fiscal contra–cíclica. Los embates externos de caída de las exportaciones y de las remesas, junto a la contracción del mercado interno derivado del menor gasto público, como por el alto subempleo y los bajos salarios, frenan la actividad económica del país.
No hay preocupación por parte de quienes nos gobiernan de impulsar políticas a favor del empleo y del bienestar de la población. Se interesan más por recibir reconocimientos internacionales por parte de los dueños del dinero, y de ahí que además proceden a impulsar políticas de privatización y extranjerización de los sectores estratégicos nacionales para allegarse de capitales para seguir estabilizando la moneda (a favor de quien la controla), y financiando nuestra inserción en el proceso de globalización, ya que no tenemos condiciones endógenas para ello.