Hace exactamente 100 años nació en Río de Janeiro el delantero centro brasileño Leónidas da Silva. Llamado “la perla negra”, “el diamante negro” y “el hombre de goma”, entre otros sobrenombres, está considerado como la primera gran figura internacional del futbol de su país, principalmente merced a su actuación en la III Copa del Mundo, celebrada en Francia en 1938, en la cual se proclamó máximo goleador del certamen, con siete anotaciones. Fue el único ausente importante en el partido semifinal en el cual Brasil cayó ante Italia, viendo así truncadas sus posibilidades de obtener su primer título mundial.
También participó en la Copa del Mundo de Italia 1934 y en la Copa América de 1946, marcando 21 goles en 19 partidos oficiales con la selección brasileña. Se le considera sucesor de Arthur Friedenreich y antecesor de Pelé. Es recordado por ejecutar magistralmente la “bicicleta” o “chilena”, de la cual muchos le atribuyen la invención.
Actuó sucesivamente para el São Cristóvão, Sírio Libanês, Bonsucesso, Peñarol de Uruguay, Vasco da Gama, Botafogo, Flamengo y São Paulo. En toda su carrera marcó más de 400 goles.
Antes de ser una celebridad, Leónidas visitó México, durante la gira que su club en ese momento, el Botafogo, realizó por nuestro país en 1936. En particular son destacables dos sucesos: que estuvo en el partido inaugural del Parque Asturias de la Calzada del Chabacano, en la capital del país, el 1 de marzo del referido año, cuando el cuadro de la casona venció a los sudamericanos por 4–2, y que su último gol con la camiseta del Botafogo lo anotó en canchas mexicanas.
Se retiró del futbol activo en 1951. Ejerció durante algún tiempo como técnico y luego como comentarista, antes de que a mediados de los años 70 del siglo pasado el Alzheimer comenzara a minarlo. Falleció, casi en el olvido absoluto, el 24 de enero de 2004, a la edad de 90 años.