Con la pandemia de Covid-19 inició un camino “incierto, difícil y adverso” para la sociedad, por lo que el obispo Julio César Salcedo Aquino pidió a la feligresía tlaxcalteca celebrar la Semana Santa con misericordia pensando en cómo ayudar a las familias que han padecido los estragos del nuevo coronavirus
Al oficiar la misa de Domingo de Ramos en la Catedral de Nuestra Asunción, que se realizó esta mañana con aforo reducido, el jerarca católico también exhortó a la ciudadanía a no caer en la “desesperanza” de “no encontrar razón y sentido a todo lo que hemos estado viviendo todo este año”.
Recordó que la Semana Santa tiene un significado especial para la feligresía católica, sin embargo, esta es la segunda ocasión que no se celebra de manera tradicional por las restricciones de movilidad social que, desde el año pasado, implementaron las autoridades para evitar el contagio y propagación del Covid-19 entre la población tlaxcalteca.
“La Semana Santa tiene mucho significado para cada uno de nosotros, para nuestras comunidades, para las familias, para nuestro pueblo, para la iglesia, para la sociedad. Hace un año celebramos la Semana Santa a puerta cerrada, solo transmitida en las diferentes parroquias, iniciábamos un camino incierto, un camino difícil y adverso por la pandemia que había hecho su presencia en nuestras comunidades”.
A partir de entonces, expuso, ha venido toda una serie de situaciones difíciles para las familias tlaxcaltecas, la sociedad y la iglesia, pues se tomaron “muchas medidas pastorales para el cuidado de la salud, de las personas, de la vida. Medidas muchas veces dolorosas que nos han ayudado, no obstante, a poder responder a una emergencia sanitaria”.
A un año de la pandemia de Covid-19, Salcedo Aquino observó que esta Semana Santa “tiene un sentido muy especial, porque en esta celebración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, podremos unir todo lo que nuestro pueblo ha sufrido, enfermedad, desconcierto, muchas veces de desesperanza, imposibilidad”.
Consideró que en esta contingencia sanitaria, el pueblo tlaxcalteca ha realizado también un víacrusis, pero “si nosotros no permitimos que la luz de Dios entre en nuestra vida, vamos a caer en una especie de desesperanza que no vamos a encontrar razón y sentido a todo lo que hemos estado viviendo todo este año”.
Nosotros, asentó, tenemos que pensar en este tiempo difícil de pandemia “cuál será nuestra obra de misericordia durante esta Semana Santa. Sabemos tantas historias de tantas familias, de tantos enfermos, de tanta gente que carece de lo esencial, que ha perdido trabajo o han disminuido sus ingresos o de familias que han perdido seres queridos. Ahí nosotros podemos hacer una obra de misericordia”.
Tratemos, pidió, que esta Semana Santa no quede “como encerrada en nosotros mismos, sino abramos nuestra mirada, nuestro horizonte, para ver de qué manera proyectamos esa misericordia que experimentamos cada uno de nosotros, como la podemos compartir con los demás”.
Posteriormente, en entrevista, el obispo de Tlaxcala reiteró su llamado a la población para que asuma su responsabilidad ante la contingencia sanitaria, pues, aunque los contagios han disminuido, el virus Sars-Cov-2 no ha desaparecido.
“El llamado es a que procuren ser responsables ante esta situación que estamos viviendo. Puede ser que, en algún momento, sintamos que ya pasó todo, los semáforos (epidemiológicos) están cambiando, pero en realidad, el virus está presente, está latente ahí. Sabemos de mucha gente que está contagiada”.