Miércoles, mayo 1, 2024

¿México ha cambiado del 68 al 2022?

Destacamos

“Dicen los periódicos que se

 me acusa de ser el responsable

intelectual del movimiento estudiantil.

Lo cierto es que soy un perseguido…

puntualmente, le pido mi último deseo,

con toda la cortesía de la que soy capaz.

Estimado señor: le solicito a usted que

 vaya y chingue definitivamente a su madre.

Le agradezco de antemano la

respuesta afirmativa a mi petición.”

José Revueltas

(En el proceso penal en su contra)

Esta pregunta es lapidaria: ¿México ha cambiado del año de 1968 al 2022?, para formular una respuesta, habría que limitarla a la función del Estado y sus instituciones. Particularmente, las que versan sobre lo referente a la persecución de los delitos y los juicios para sentenciar a los responsables. Resulta necesario dejar fuera los cambios que se han dado atendiendo a la modernización de la nación que corresponde más a una situación global, como es el caso de la tecnificación del mundo, los avances en la ciencia y la tecnología, las necesidades de los vecinos del norte de contar con proveedores muy cercanos y más eficientes, el uso actual de la tecnología de la información. Si se centra esta pregunta en lo que se refiere a las funciones de las instituciones del Estado que se dedican a administrar justicia y perseguir a quienes comenten los delitos, es donde se pretende formular una respuesta.

Desde luego que, debemos de dejar afuera de esta respuesta los palacios de justicia suntuosos que se han estado construyendo en toda la nación, sobre todo en las administraciones públicas federales pasadas. También, debe de quedar fuera todos los sistemas computacionales sobre el control de los expedientes y la atención al público o mejor dicho a los justiciables. También, para esta respuesta, debe quedar fuera el aumento desproporcionado que se ha dado a los salarios, sobre todo al personal del Poder Judicial Federal, que más que algo para que se atenuara la incapacidad y la corrupción de sus miembros, es más una presión internacional de nuestros tiempos de consumo, esto es, se requerían más consumidores para el sistema.

Pero, hay que dejar afuera todo eso, y solamente centrarse en el hecho de que si las decisiones jurídicas para la persecución de los delitos y las sentencias y resoluciones de los tribunales han permitido mejorar lo que se sucedía en la década de los sesenta del siglo XX, es más, para conocer si esas luchas, muertes, reclamos, manifestaciones de los jóvenes de esos años, particularmente del movimiento de 1968, sirvieron de algo, no para lo que se ha excluido de la respuesta que se pretende encontrar, es decir, mejores instalaciones, edificios impresionantes, sino mejorar en el campo del derecho de parte de las instituciones del Estado.

También, hay que considerar que, en los últimos años se ha convertido el Congreso de la Unión, no en un representante del pueblo, sino en una “fabrica de hacer leyes”. Es impresionante lo que se ha presentado en los últimos 54 años, de cambios legales. Además, hay que ser consciente de que el mundo se ha especializado, es más que eso, se ha híper-especializado y desde luego que, se ha reflejado en el campo del derecho y en las instituciones judiciales y policiales, existen ahora tribunales especializados en materias que hace 54 años nadie se imaginaba que iba a suceder, como es el caso de los órganos jurisdiccionales especializados en medio ambiente, telecomunicaciones, marcas y patentes, etc. Pero, también, eso habría que dejarlo aparte, para responder la pregunta de la capacidad de las instituciones del Estado en lograr una mejor administración de justicia y de persecución de los delitos.

Sin embargo, salen diversos sucesos, muy lamentables, que se han sucedido a partir de esas fechas del 68, previo a ese movimiento, hay que recordar la matanza del 18 de mayo de 1967 en la comunidad de Atoyac, Guerrero, que dio origen al grupo guerrillero denominado: Partido de los Pobres, después de 1968: el denominado halconazo, 10 de junio de 1971, y así una cantidad de crímenes sin resolver, como fueron los casos de las muertas de Juárez, en Ciudad Juárez, Chihuahua a partir de 1993, el movimiento zapatista del 1 de enero de 1994 en Chiapas, la masacre de Aguas Blancas, Guerrero el 28 de junio de 1995, la masacre de Acteal, Chiapas el 22 de diciembre de 1997, el 7 de junio de 1998 la masacre de El Charco, Ayutla Guerrero, la masacre de San Fernando, Tamaulipas los días 22 y 23 de agosto de 2010, por ciar algunos. En resumen, todo lo sucedido en todo este trayecto de la historia de México que se vuelven sucesos innombrables y desde luego, nunca juzgados.

Dice la historia oficial que antes de tomar la decisión de la denominada: “solución final” por el gobierno nazi y ejecutar a seis millones de judíos, la reflexión de A. Hitler, había sido: “quien recuerda el genocidio Armenio”. Precisamente porque, nunca se juzgó a los responsable de ese crimen y era la mejor justificación para un nuevo genocidio; el judío. Por lo que, tal parece que, es lo mismo que está sucediendo en México con el movimiento del 68, a 54 años, se sigue reclamando que se juzgue a los responsables y la ausencia de resolución por los órganos del Estado. De esta forma, sobre la pregunta: ¿México ha cambiado del 68 al 2022? Pareciera que los hechos narrados dan la respuesta más veraz. (Web: parmenasradio.org)

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