El libro La arqueología mexicana en miradas forasteras. 132 viajeros de 23 países, siglos XVI al XXI presenta una detallada selección de las experiencias de aquellos extranjeros que a lo largo de 500 años han visitado sitios arqueológicos del territorio mexicano y plasmado sus visiones en diarios de viaje, correspondencia, novelas y otro tipo de informes: desde el conquistador Hernán Cortés, en el siglo XVI, hasta el neurólogo Oliver Sacks, en el XXI, pasando por la emperatriz Carlota.
Editado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de la autoría del investigador independiente José Iturriaga de la Fuente, esta novedad editorial se conforma de una introducción breve para cada viajante, seguida del extracto de un documento producido a partir de su experiencia en sitios arqueológicos mayas, mexicas, olmecas, xochicalcas o zapotecas, entre otros.
Al seguir un orden cronológico, apunta el escritor, los relatos del siglo XVI, creados por conquistadores como Bernal Díaz del Castillo y por evangelizadores como Bernardino de Sahagún o Diego de Landa, no narran experiencias en zonas arqueológicas sino en ciudades que, en esa época, estaban todavía vivas y habitadas.
“A lo largo del virreinato, los viajes por la Nueva España continuaron efectuándose en su mayoría por motivos religiosos; sin embargo, a inicios del XIX, un pensamiento más ilustrado atrajo a nuevos expedicionarios, siendo el principal de ellos el barón Alexander von Humboldt”.
El escritor dijo que posterior a la Independencia, la joven nación mexicana cautivó a multitud de viajeros, algunos ya interesados profesionalmente en la arqueología como el luxemburgués Guillermo Dupaix, el checoslovaco Jean-Frédéric Waldeck o el francés Désiré Charnay.
No obstante, abunda el autor, otros expedicionarios plasmaron sus experiencias bajo otro tipo de cometidos, como las que dejó de la ciudad de Cholula el ministro plenipotenciario de Estados Unidos, Joel Robert Poinsett, mientras recorría el país con la misión secreta de prever lo conducente para la expansión territorial de su país hacia el sur.
“Un caso singular que incluyo en el libro es el de Julio Verne, ya que, si bien él nunca visitó nuestro país, una de sus novelas sí lo hizo”, señaló Iturriaga de la Fuente al hablar del extracto que tomó de Un drama en México (1851), historia cuyos personajes principales visitan la actual Zona Arqueológica de Xochicalco, en Morelos, describiendo su principal basamento “como un enorme búfalo acurrucado en la llanura con la cabeza inmóvil”.
Además de la visita hecha por la efímera emperatriz Carlota de México a la ciudad maya de Uxmal, la publicación avanza hacia el siglo XX para incluir la voz y las plumas de personajes como Alma Reed, Aldous Huxley, Jorge Luis Borges, Cormac McCarthy, Pablo Neruda y Federico Fellini.
“Traté de seleccionar algunas de las anécdotas que consideré más amenas o de mayor interés, tanto para los arqueólogos de hoy como para el público en general”, subraya el autor al precisar que algunas de las narraciones no fueron recuerdos precisamente agradables para sus autores, como ocurrió a la filósofa Simone de Beauvoir.
“Ella visitó México en 1948, en un viaje que hizo junto a un amante estadounidense, el escritor Nelson Algren; sin embargo, por lo que se conoce de su correspondencia con Jean-Paul Sartre y de su novela Los mandarines (1954), en la que ella y Algren son evocados bajo los nombres de Anne y Lewis, podemos advertir que pelearon mucho durante su estancia, y que su viaje a Chichén Itzá no fue de lo más placentero”, finalizó Iturriaga de la Fuente.
El libro La arqueología mexicana en miradas forasteras. 132 viajeros de 23 países, siglos XVI al XXI, ya se encuentra disponible en la red de librerías del INAH, así como en su tienda virtual.