En los medios de comunicación estadounidenses se difunden profusamente los posibles efectos globales del coronavirus. Esta campaña mediática; sin embargo, es una de las formas que adquiere la “guerra política y comercial” que convierte a esta pandemia en una afilada arma para atacar a un contrincante político y económico: China. Desde esta perspectiva, el coronavirus ha pasado de ser un problema de salud global a uno de seguridad nacional de Norteamérica, inducido por la prensa para advertirle al mundo de la existencia de la amenaza china y tomar medias contra sus mercaderías. El coronavirus promovido por los medios de comunicación estadounidenses contra China, tiene como objetivo primordial generar una imagen de desorden e incapacidad atribuida a la gestión del gobierno chino en el contexto de la guerra comercial emprendida por Trump contra el país asiático. En esencia, lo que Trump no ha conseguido en su guerra comercial, parece lograrlo a través de las percepciones creadas por la campaña sobre el coronavirus.
¿Pero qué hay detrás del coronavirus para ser parte de una guerra? Este nuevo virus fue creado en 2014 en los laboratorios Pirbright de bioinformática del Reino Unido. Los “inventores” fueron Erika Bickerton, Sarah Keep y Paul Briton quienes lo registraron en la oficina de patentes de Estados Unidos con el No. US101300D2. El coronavirus es el mismo virus que uno anterior llamado SARS, solo que más fuerte y contagioso y se crea con intención de generar bioterrorismo introduciendo el virus en el ambiente y dispersándolo en poblaciones de alta densidad demográfica. Así lo han hecho los estadounidenses en 2004 con el SARS; 2005 con la gripe aviar; 2009 gripe porcina; 2014 ÉVOLA; 2016 SIKA y, ahora en 2020, con el coronavirus. Todos ellos tienen su registro en la Oficina de Normas y Patentes de Estados Unidos.
En Nueva York, el 18 de octubre del 2019 (seis semanas antes de que el virus fuera reportado en Wuhan, China), se realizó un ejercicio pandémico de alto nivel, organizado por el Centro John Hopkins, junto con el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill & Melinda Gates. Ahí estuvieron los integrantes de la Junta de Epidemias de Emergencia norteamericana: los principales bancos estadunidenses, la ONU; la fundación Johnson & Johnson y la empresa “Potencias Logísticas y de Comunicación”, que fabricó un cúmulo de noticias para este ejercicio.
Por su parte, la empresa farmacéutica Johnson & Johnson, asistió a la reunión en busca de financiamiento gubernamental para producir una vacuna contra el coronavirus y proteger al mundo occidental, esto es, estamos hablando entonces de un negocio redondo para las compañías farmacéuticas que crean el virus, lo patentan y lo dispersan, para luego obtener financiamiento con el fin de combatirlo y vender vacunas a precios de oro; crean el mal, ganan algunas batallas en la guerra comercial y venden la cura contra el virus que crearon. Una muestra más de la perversión del capital.