En este momento hay dos caídas “imperdibles” (e inesperadas) en las pantallas locales: una –dramáticamente muy fuerte– de Alex, uno de los hijos en El clan, la cinta argentina de Pablo Trapero; otra, muy graciosa –producto de un alarde “basketbolero”– de Amy, la confundida solterona anti–compromisos en Esta chica es un desastre (Trainwreck), la muy contemporánea comedia dirigida por Judd Apatow. Más allá del impacto de esas caídas, distinto en cada caso, El clan y Esta chica es un desastre son alternativas destacadas en la cartelera vigente, de la mano de La chica danesa, de Tom Hooper, con el formidable Eddie Redmayne (el de la actuación memorable en La teoría del todo). Por otra parte, antes de profundizar en las cintas de Trapero y Apatow, acoto brevemente que El renacido no fue elegida mejor película en los Critics’ Choice Awards, ni González Iñárritu mejor director. Los especialistas prefirieron, respectivamente, a En primera plana (Spotlight) y a George Miller (por Mad Max: furia en el camino), lo cual no es descabellado. Eso sí, por sus trabajos en El renacido, Leonardo DiCaprio recogió el premio a mejor actor y Emmanuel Lubezki a mejor fotografía, lo cual confirma la estatura de ambos como artistas. Como sea, queda la pregunta: al no obtener el Critics’ Choice Award, ¿pierden posibilidades rumbo al Oscar el “Negro” Iñárritu y su película? No lo creo.
Regresando a El clan, está basada en hechos reales en la Argentina de los 80, entre los estertores de la dictadura militar y el regreso a la democracia. Asume como núcleo a los Puccio, una familia que en esos años se dedicó al secuestro, con frecuencia asesinando a los secuestrados. Lo terrorífico no sólo está en eso, sino además en la aparente “normalidad” de los Puccio: una familia –el padre, la madre, los cinco hijos– tan respetable como mi familia, la del vecino, o la de usted que me lee. Todos viviendo cotidianamente, trabajando, estudiando, haciendo los deberes y –qué caray– bendiciendo la mesa para agradecer los alimentos a recibir. Incluso, con el hijo mayor, Alex (Peter Lanzani), labrándose un status de ídolo como la admirada estrella de los Pumas, el representativo nacional de rugby. El clan se hace así más bizarra, más espeluznante, contada desde el punto de vista de sus miembros y liderada por una actuación helada, quirúrgica, del extraordinario Guillermo Francella como Arquímedes Puccio, el patriarca de este clan dedicado al secuestro y la extorsión igual que otras familias se dedican a hornear pasteles y venderlos. Pero la atmósfera no es light ni mucho menos; la casa de los Puccio (donde resguardan a los secuestrados) es al mismo tiempo –cual dividida por una línea imaginaria– templo de la serena convivencia familiar, pero igual el mismísimo infierno, con métodos de violencia y desgaste estratégicos. Tan alucinante, pues, que genuinamente cuesta creerlo. No se pierdan El clan, cuyo par de “taglines” no dejan lugar a dudas: Una realidad que supera a la ficción y El crimen era un asunto de familia.
En cuanto a Esta chica es un desastre, es atrevida, muy divertida y –mucho de agradecerse– inteligente. Focaliza en Amy (Amy Schumer, quien también la escribió), chica convencida de lo imposible de comprometerse en pareja sin que todo termine en desastre (así se lo decía su padre: “monogamy isn’t realistic!”). Por eso, según Amy, nada mejor que relaciones efímeras, de uno o dos encuentros, para exprimirles cuantas gotas de placer sea posible. Pero un día conoce a Aaron (Bill Hader), quien sin proponérselo obliga a Amy a replantearse cada uno de los factores de su cínica postura. El camino es sinuoso, pero a fin de cuentas, de gratificante resultado para el espectador, a lo cual contribuyen Tilda Swinton, Brie Larson, e incluso Lebron James (sí: ese Lebron James). Aprovéchenla, que hacía rato no teníamos una comedia tan lograda como esta.