Las reubicaciones de colonias o incluso poblaciones enteras dañadas tras el paso de un ciclón tropical, así como los millonarios recursos destinados a la “reconstrucción” de ciudades, han sido las únicas respuestas que han brindado los gobiernos federal y estatal a los fenómenos hidrometeorológicos.
Estas medidas no sólo han demostrado su nula eficacia, sino que cada vez que algún huracán causa daños vuelve a exhibir la corrupción que hay detrás de la entrega de recursos y lo vulnerable que es la población civil ante estos fenómenos, señaló la investigadora Beatriz Adriana Méndez Torres, del Posgrado en Geografía de la UNAM,
Ayer, durante la presentación de su ponencia “Vulnerabilidad social ante la presencia de ciclones tropicales en Acapulco, Guerrero”, la investigadora demostró cómo desde el huracán Paulina hasta los recientes Manuel e Ingrid se han cometido los mismos errores por parte los gobiernos federal y estatal que repercuten en daños a la población civil.
Entre éstos, abundó, está la defensa que los gobiernos, particularmente el estatal de Guerrero y el municipal de Acapulco, han hecho de las inmobiliarias como Geo, Homex, Cecsa y Evi, que han recibido toda clase de concesiones sin que se les obligue a tener responsabilidades.
Tan sólo Geo, relató la académica, fue beneficiada con el cambio de uso de suelo de la zona de inundación de la laguna de Tres Palos, en Acapulco, a un costado de la lujosa zona de Punta Diamante, por lo que con el paso de estos huracanes ese fraccionamiento de interés social quedó totalmente anegado.
Tanto Diamante, durante los años 90, como posteriormente los desarrollos de casas Geo en la pasada década, son resultado de la nula planeación urbana de Acapulco; por el contrario, obedecen a los intereses de expansión territorial a favor de las empresas, por lo que el área cercana a la laguna Tres Palos dejó de ser de pantanos y se convirtió en un fraccionamiento.
Agregó que hace unas semanas la Secretaría de Gobernación federal deslindó de cualquier responsabilidad a las inmobiliarias que resultaron perjudicadas con las inundaciones y, posteriormente, el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, no sólo defendió abiertamente a las inmobiliarias, sino que les aseguró que tendrán acceso en su gobierno a todo tipo de apoyos.
Pero lo que más resulta curioso, agregó, es que Ángel Rivero fue el gobernador de Guerrero en 1999, cuando pasó el huracán Paulina, y ahora lo es con el paso del huracán Manuel.
“Esto pone a descubierto la corrupción, la expansión política contradictoria, los proyectos altamente lucrativos, la desregularización del territorio a favor del capital privado, que es el eje de todo esto”, señaló Méndez Torres.
En esa tesitura destacó que los gobiernos federal, estatal y municipal han recurrido al argumento del “cambio climático” para justificar esta corrupción y los daños causados por los ciclones, mismos que pudieron prevenirse desde hace más de una década.
“No es el cambio climático ni la naturaleza, el responsable de este desastre no surgió de un día para otro, tiene nombres y apellidos, pero la solución a todo, la reubicación y el dinero”, indicó la académica, quien recalcó que de las millonarias cantidades nadie sabe en qué se utilizan.