Hombres con traje a rayas, mujeres de mirada fuerte, ataviadas con plumas o rebozos, niños y niñas de amplias sonrisas y miradas francas. Todos ellos, personajes sin nombre que conforman los 102 retratos inéditos del reconocido fotógrafo Manuel Álvarez Bravo (Ciudad de México, 1902–2002) que se exhiben por primera vez en Puebla no con un objetivo artístico sino documental: el identificar a quienes aparecen en estas múltiples impresiones.
Sin mayores datos que la imagen misma del rostro, acaso la pose, un atisbo a la profesión o la imagen de un cuerpo completo, se exhibe esta serie de fotografías como parte de la exposición Se buscan. Retratos inéditos de Manuel Álvarez Bravo, que están montadas en la Galería de Arte del Palacio Municipal, espacio que regresa a la gratuidad.
Organizada por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP), la muestra es el primer proyecto expositivo en solitario del Museo Archivo de la Fotografía de la Ciudad de México y es, a la vez, resultado de un proceso de más de cinco años de catalogación de los negativos de los archivos de Manuel Álvarez Bravo.
Aurelia Álvarez Urbajtel, directora del Archivo Álvarez Bravo, expuso que, si bien no existe información precisa sobre el conjunto de retratos, éstos han sido fechado en los años 30, 40 y 50 del siglo pasado. “Los retratos de Álvarez Bravo llaman la atención porque no se pueden fechar ni identificar. Lo que hay es una curiosidad que aumenta con el tiempo. Los retratos son cada vez más misteriosos, pues se quiere saber de quiénes son”, dijo la curadora de la exposición.
Estimó que los retratos logrados por su padre “dan la impresión de que algunos son posados o muy compuestos”, mientras que otros dejan ver su espontaneidad y las diversas circunstancias en que fueron tomados.
Durante una conferencia de medios, señaló que hace un año, en la calle donde nació Manuel Álvarez Bravo, en la Ciudad de México, se exhibió esta serie con la finalidad de promover el trabajo del fotógrafo centenario y su material de archivo, además de que pudieran ser identificadas las personas retratadas.
Acompañada por el director del IMACP, Miguel Ángel Andrade, Álvarez Urbajtel completó que este proyecto encontró salida a través de internet, en una página electrónica “que no resultó mucho”.
Más bien, acotó la hija del fotógrafo, fue con la intervención de José Ángel Rodríguez, quien fuera asistente de Manuel Álvarez Bravo a finales de los años 70 del siglo anterior, como se lograron imprimir los retratos. “José Ángel imprimió estos retratos en plata sobre gelatina para entregar al público un proyecto expositivo de alta calidad que diera identidad a los personajes retratados”, precisó la curadora.
Completó que el imprimir de esta forma el trabajo de Álvarez Bravo fue también una manera de rehabilitar el cuarto oscuro del artista, y echar mano de los métodos tradicionales de impresión. “El imprimir las fotografías en plata gelatina fue una buena manera de usar el cuarto oscuro, con su papel y sus químicos. La técnica no ha desaparecido para nada, más bien hay un renacimiento de ella quizá por moda, por el gusto de lo antiguo. Es por tanto una labor de difusión, para que se conozcan más técnicas en esta época digital”.
La curadora informó además que en este proceso no fueron impresos aquellos negativos que tenían algún daño físico o que estaban fuera de foco, aunque sí fueron integrados de manera visual a través de un video incluido en la exposición. “(Álvarez Bravo) nunca habló de estos retratos, son inéditos, no fueron publicados y no hay información sobre ellos. Nunca ponía fechas en sus fotografías porque no le interesaba las fechas y quizá tampoco los lugares. No las concebía como una obra de autor. Son más bien atemporales como su arte, por su preocupación en relación a los temas de aquí o allá, pues lo que importa es lo que nos dice la imagen”.
14 años y un compromiso
Aurelia Álvarez Urbajtel indicó que el Archivo Álvarez Bravo está por cumplir 14 años de trabajo, pues se gestó en 2005 como una asociación civil con el apoyo del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Cámara de Diputados, entre otros entes, para hacer la labor de difusión y conservación de esta colección compuesta por negativos, fotografías, publicaciones y documentos, entre otros objetos. “Como archivo tenemos la tarea de apoyar exposiciones y difundir la obra, así como trabajar en materiales que no se conocen, que el artista no escogió para publicar no porque no le gustaran, sino porque su trabajo era abundante y no se daba abasto”.
Recordó que hace dos años el archivo de negativos y documentos del fotógrafo mexicano quedó inscrito hace dos años en el Registro de Memoria del Mundo de la Unesco, de manera nacional y apenas meses atrás en la lista internacional.
Con ello, concluyó la directora del archivo, exposiciones como Se buscan. Retratos inéditos de Manuel Álvarez Bravo constituyen una forma reconocer que el legado del fotógrafo constituye un material frágil y valioso, cuya pérdida o daño mínimo significaría una pérdida para el patrimonio. “Es una obligación moral el seguir haciendo lo posible porque el archivo este en las mejores condiciones posibles”.
Se buscan. Retratos inéditos de Manuel Álvarez Bravo permanecerá en la Galería de Arte del Palacio Municipal –Juan de Palafox y Mendoza 12–, hasta el 7 de julio. Podrá ser visitada todos los días, excepto martes, de 10 a 19 horas, con entrada gratuita.