Jueves, abril 25, 2024

Le quita RMV al SNTE el control de 7 direcciones de la SEP

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Como parte de la obsesión del mandatario Rafael Moreno Valle de eliminar cualquier equilibrio o contrapeso al jefe del Poder Ejecutivo, desde el martes de esta semana, sin hacer cambio de funcionarios, se le quitó el control operativo a las secciones 23 y 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de siete direcciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP), las cuales ahora estarán bajo el dominio del área de Recursos Humanos, que se convertirá en la dirección de mayor peso político dentro de la SEP.

A los siete directores en cuestión se les ha quitado la función de hacer cambios de adscripción de los maestros o de otorgar nombramientos de docentes, lo cual en la práctica significa quitarles el control del manejo laboral del magisterio. Esas funciones ahora únicamente recaerán en la Dirección de Recursos Humanos.

Desde el punto de vista de la exigencia de mejorar la calidad de la educación se podría ver esta modificación como un aspecto positivo, ya que era altamente cuestionable que el SNTE fuera juez y parte en el control de áreas estratégicas de la SEP. Sin embargo, esos cambios se sabe que no obedecen a la intención de reformar la enseñanza pública, sino solamente se busca desplazar al sindicato de posiciones de poder una vez que ha dejado de ser un aliado electoral de Moreno Valle.

Para entender este asunto es necesario remontarse al sexenio pasado, ya que el entonces gobernador Mario Marín Torres, para intentar llevar una relación política sana con el SNTE, permitió que la sección 23 del SNTE propusiera a los titulares de la direcciones de Preescolar, Primaria, Secundarías Generales, Secundarías Técnicas y Educación Indígena de la SEP.

Mientras que a la sección 51 del SNTE le dejó nombrar a los directores de Telesecundarias y Educación Especial.

Al iniciar el actual gobierno se respetaron esos nombramientos, que se habían hecho por sugerencia de Eric Lara Martínez, quien era secretario general de la sección 23, y por Cirilo Salas Hernández, quien era dirigente del SNTE 51. Sobre todo porque ambos líderes habían sido los principales operadores de la campaña electoral de Rafael Moreno Valle para que en 2010 ganara la gubernatura de Puebla.

Esa condición se rompió en las pasadas campañas electorales, ya que un nutrido grupo de profesores del SNTE, entre los que estaba Eric Lara, quien ya había dejado de ser dirigente del sindicato en Puebla y ahora es parte del Comité Ejecutivo Nacional de esa organización gremial, realizaron un acto de apoyo al entonces candidato del PRI a la alcaldía de la capital, Enrique Agüera Ibáñez, en el hotel Marriot, ubicado a un costado de la entrada de la autopista MéxicoPuebla.

La reacción de intolerancia del gobierno de Moreno Valle no se hizo esperar, ya que primero hubo recriminación hacía los dirigentes del SNTE por no frenar el acto de apoyo a Agüera.

Posterior a ello, se ordenó desde Casa Puebla, que fueran removidos de la SEP los directores de Preescolar, Primarias, Secundarias Generales, Secundarias Técnicas y Educación Indígena, es decir los nombramientos que se habían hecho por propuesta de Eric Lara, cuando este era secretario general de la sección 23 del SNTE.

A continuación se permitió que la actual dirigencia del SNTE 23 propusiera los nombres de los nuevos titulares de esas direcciones, como una especie de concesión para que el sindicato de maestros se sumara de lleno en apoyo a Antonio Gali Fayad, el entonces candidato de la coalición Puebla Unida, y se dedicara atacar al aspirante opositor, Enrique Agüera.

El SNTE propuso a los nuevos directores de la SEP y al mismo tiempo, buscó mostrarse como un actor neutral de la contienda electoral de este año, ya que no prohibió los apoyos a Gali y Agüera por igual.

La gota que derramo el vaso fue el rumbo que a nivel nacional ha tomado el Partido Nueva Alianza –que es controlado por la cúpula del sindicato de maestros– de alejarse del PAN y el PRD, para buscar mayores acercamientos al PRI. Como parte de ese proceso fue echada Mónica Arriola como secretaria general de esta fuerza política, quien es hija de la dirigente defenestrada Elba Esther Gordillo Morales, y era una aliada política de Moreno Valle.

Ante estos hechos, hace 20 días se decidió en el gobierno del estado quitarle a los siete directores de la SEP, que fueron nombrados por propuestas del SNTE, el control de asuntos laborales, para dejarles solamente la supervisión de aspectos académicos. Dicho movimiento fue un claro acto de revancha política y quitarle posiciones política al sindicato, pues esos funcionarios ahora tendrán una labor de simple ornato.

El SNTE está luchando para revertir esa decisión. Lo único que logró fue que se aplazara la medida que iba entrar en vigor hace una semana. Ahora el sindicato ha quedado marginado de aspectos vitales de la SEP y se le quita la condición de ser un contrapeso del Poder Ejecutivo.

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