Entre otras cosas, el fotoperiodista Andrés Lobato pretende mostrar que la red social de Instagram es una plataforma que puede ir más allá de una selfie simple, pues esta misma toma, puede ser más estética, con más momentos de comunicación y con una visión más optimista del mundo.
Ese propósito queda demostrado en la exposición temporal La vida en cuadritos, que abre este jueves 24 de agosto a las 18 horas en la sala de exposiciones de Bellas Artes UPAEP, ubicada en la calle 11 poniente número 1921, en el barrio de Santiago.
En ella, el fotógrafo con más de 20 años de trayectoria da salida “a una voz que ve el mundo de una manera positiva” y que se sobrepone a las cosas cotidianas, que en su mayoría son de una “crudeza periodística” y que permiten “ver que hay otras cosas”.
Curada por Paula Natoli y Santos Cuatecontzi, La vida en cuadritos se integra por una selección de 100 imágenes de un total de mil, que han sido capturadas por el fotógrafo en años recientes y publicadas de igual forma en su red social.
Dicha muestra, explicó, fue dividida en varios ejes: la percepción del fotógrafo hacia los otros, Bestiario, Poblanidad, además de una sección con objetos que son abstracciones de lugares cotidianos.
Asimismo, destacó que La vida en cuadritos “habla del orgullo de ser poblano”, por lo que la mayoría de imágenes son en color y solamente tres de ellas en el formato de blanco y negro.
“En 20 años como fotógrafo me acostumbré a hacer fotografias horizontales y verticales, mientras que Instagram solo acepta imágeanes cuadradas, lo que me hizo pensar en otro formato de fotografía con lo que el cerebro se activa, piensa en otra lengua”, expuso el profesional.
Asimismo, dijo que esta exposición que permanecerá abierta hasta el 22 de septiembre forma parte de la retroalimentación que él busca tener con el espectador.
“En el mar de imágenes que constituye esta Iconósfera en la que desarrollamos nuestras vidas, Andrés permanece entre el fotógrafo que se da el tiempo para buscar la toma adecuada y capturarla a través del lente de su cámara y el posfotógrafo que genera interacción con aquello que miran sus fotos a través de su cuenta de Instagram, se mueve ágilmente entre la realidad y la virtualidad”, como escriben los curadores.