Cholula, señaló Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es una ciudad sagrada tal como lo es Roma o La Meca, que se distingue por su continuidad en el tiempo, por la forma en que perdura y está viva, y porque marca “un hito en la historia de Mesoamérica y en la historia actual”.
Por esa sacralidad, expuso, Cholula es ahora motivo de un libro homónimo en el que sus autoras Patricia Plunket Nagoda y Gabriela Uruñuela Ladrón de Guevara revisan la historia de esta ciudad desde sus primeros asentamientos, su periodo prehispánico, su ocupación española, su nombramiento como Ciudad de Indios, y su geografía política actual.
Durante la presentación de este volumen, un acto ocurrido en la zona arqueológica de Cholula, entre los basamentos prehispánicos y el santuario de la Señora de los Remedios, ambos unidos en el Tlachihualtépetl, el doctorado Honoris Causa por la UNAM señaló que dicho título aparece publicado por el Fondo de Cultura Económica como parte de la serie Ciudades que él coordina al lado de Alicia Hernández Chávez, y que se distingue por editar libros escritos por especialistas y pensados para un gran público, con el afán de la difusión científica.
Acompañado por Patricia Plunket y Gabriela Uruñuela, así como por el también investigador del INAH en Puebla, Eduardo Merlo Juárez, y el presidente municipal de San Pedro Cholula, Luis Alberto Arriaga Lila, el arqueólogo Eduardo Matos expuso que de esta colección han sido editados 13 tomos, abordando ciudades mesoamericanas como Palenque o Paquimé, las cuales han sido “protagonistas de la historia” por su importancia regional y por su papel determinando en la arqueología.
El estudioso de ciudades como Comacalco, Teotihuacán, Tula, Tlatelolco y Tenochtitlán señaló que en el caso del tomo dedicado a Cholula se integra por 10 capítulos y una introducción a cargo de sus autoras, quienes “con mucho tino” hablan sobre las ciudades sagradas, y la forma en que esta urbe es una de ellas.
“Tratar este aspecto de las ciudades sagradas fue atinado. Mencionan la fama de Cholula como la principal capital de culto de Mesoamérica que inspiraría a Gabriel de Rojas, corregidor en 1581, el decir: ‘tenida tanta veneración como lo es Roma en la cristiandad, y La Meca entre los moros’”, dijo Matos Moctezuma.
Agregó que, en los primeros capítulos, las investigadoras de la Universidad de las Américas Puebla ofrecen un panorama del entorno natural y cultural en el que se desarrolló Cholula, así como los albores de la sociedad que se estableció en la zona, brindando información “rica” de momentos tempranos de ocupación como lo fue Tetimpa.
Asimismo, continuó el investigador, refieren a los trabajos de La laguna y Tlatlancaleca, otros dos centros de importancia regional, así como el sitio de Xochitécatl –en Tlaxcala– en donde existen monumentos tempranos, siguiendo con Totimehuacan, en donde se encontró un edificio de 160 metros de largo del momento formativo con unas grandes tinajas para el culto del agua.
Eduardo Matos refirió que, en los siguientes capítulos, Plunket y Uruñuela dan cuenta de la Cholula pre urbana, un momento histórico también temprano en el que esta ciudad empieza a despuntar rodeada de otras ciudades también importantes. “Lo que describen hace que uno se cimbre: sobre el fenómeno natural del volcán Popocatépetl, la forma en que con su erupción va a acabar con los cultivos y con ciertas poblaciones que se mueven para librarse de la actividad que los afectaba. Aquí empieza Cholula y va a cobrar importancia”.
Refirió que, en el valle central, en donde también los fenómenos eruptivos tuvieron repercusiones, surgieron ciudades paralelas a Cholula, como lo fue Teotihuacan, que se colocó como un centro de población en aumento y con incidencia en ciudades como las mayas, como la tuvo en Copán. “Aquí Cholula comenzó a cobrar su sacralidad. No pasará desapercibido que Cholula era la ciudad sagrada, por la presencia de manantiales como en Teotihuacan”.
Agregó que las autoras no solo dan el dato arqueológico, sino que hablan sobre la vida urbana y el entorno. Asimismo, indicó que acuden a otros colegas y van manejando elementos mortuorios, líticos y de la arquitectura, surgiendo un aspecto valioso: la independencia de Cholula a través de sus propias manifestaciones.
“La arquitectura de Cholula es casi única. Lo que vemos en arquitectura, pintura y escultura es propio de aquí. Eso es un acierto: el ver lo que antes se creía era parte de Teotihuacan, pero ahora se ve que Cholula tiene su propia presencia a través de sus propios materiales”, resaltó el arqueólogo Matos.
El autor de libros como Muerte al filo de obsidiana, La muerte entre los mexicas y Escultura monumental mexica agregó que, en otro capítulo, las investigadoras Patricia Plunket y Gabriela Uruñuela, dan cuenta de otra catástrofe: del derrumbe teotihuacano, y la forma en que Cholula tuvo problemas internos con la “caída de ese mundo”.
Enseguida, continuó Matos Moctezuma, en el libro se aborda la manera en que la ciudad vuelve a renacer y toma auge en otro momento de fenómenos volcánicos “fuertes y violentos”, y la forma en que poblaciones olmecas–xicalancas se asientan. “Investigadores habían tratado el tema, y ahora estos asentamientos cobran una presencia singular, pues con plano y ubicación, (las autoras) nos dicen la importancia que tuvieron para Cholula”.
Dijo que, casi para cerrar, en el volumen se refiere a la Tollan Cholollan Tlachihualtépetl, una ciudad en el que la historia tolteca chichimeca tuvo gran importancia, pues “el tolteca quiere venir a Cholula”.
“Los mexicas tenían la necesidad de relacionarse con sus parámetros de naturaleza humana, pues el tolteca ya lo había hecho con la sagrada, entonces Cholula se quiso apropiar de esos símbolos y ello se ve en las corrientes rojas y azules, en los elementos blancos, en los tules y los sabinos que tomaron. Cuando relata lo que encontraron en Cholula, Durán dice que hay sabinos, peces blancos, ranas blancas. Entonces el Tlachihualtépetl que tiene en su centro una rana es la forma en que están legitimándose con la ciudad sagrada y lo que ésta representaba”.
Por último, Eduardo Matos señaló que el libro cierra con un texto sobre Cholula como la ciudad indocristiana, en el que sus autoras relatan la importancia del paso de Hernán Cortés, la matanza sucedida y la “discusión si fue hecha por Cortés o por Moctezuma, quien había la tramado para alejar a los españoles”; así como la manera en que en 1535 fue nombrada como una Ciudad noble y leal, y su ubicación estratégica como lugar de paso y conecte con la costa del Golfo, al área de los valles centrales, de la región mixteca y del sur, un “enclave por el que pasan todos esos encuentres y corrientes”.
Así, concluyó el arqueólogo Eduardo Matos, en el libro Cholula se aprecia a este Tlachihualtépetl que “iniciado en los albores de la era, ha logrado fungir como un ancla espiritual en la Roma mesoamericana”.
El Tlachihualtépetl es una caja de sorpresas: Merlo
Para el investigador del Centro INAH Puebla, Eduardo Merlo, la aparición del libro Cholula representa una forma de conocer la historia de esta ciudad milenaria. Incluso, consideró que puede ser considerado como un libro de cabecera que todos “cholultecas deben tener”. Destacó su lectura amena y la manera en que se conoce a profundidad a esta región que une a tres Cholulas –San Andrés, San Pedro y Santa Isabel.
Dijo que, en el marco de los 500 años del arribo de Hernán Cortés a Cholula, aniversario que se cumplirá en 2019, este libro de Gabriela Uruñuela y Patricia Plunket representa una forma de “destapar” el Tlachihualtépetl, también llamado Macihualtépetl, que es como una “caja de sorpresas” por la información que guarda.
“Entre todas mis aficiones tengo el vicio de leer. Sobre Cholula hay libros pesados que no se entienden, pero cuando cayó este libro en mis manos, lo leí de cabo a rabo de un solo jalón, pues me descubrió cosas que en 40 años no se me habían ocurrido y no las conocía. El Macihualtépetl es una caja de sorpresas. Se le puede ir quitando las capas y se van descubriendo maravillas”, confió Merlo Juárez.