Aunque los organismos cúpula del sector empresarial han supuestamente “fumado la pipa de la paz” con Luis Miguel Barbosa Huerta, no pueden dejar a un lado su sesgo panista. Esa condición quedó exhibida en el Debate Ciudadano organizado por Coparmex y 60 organizaciones afines, que tuvo como principal propósito el golpear en todo momento a la figura del candidato de Morena e intentar levantar la alicaída campaña del aspirante del PAN, Enrique Cárdenas Sánchez.
Hace un año la Coparmex se reunió con los candidatos a la gubernatura y la única aspirante que se ausentó fue Martha érika Alonso Hidalgo Alonso, entonces abanderada del PAN. Sin embargo, en aquella ocasión los empresarios no hicieron escarnio contra la panista, tal como ayer sí desplegaron una andanada de ataques contra el candidato de Morena y por el contrario, acabaron apoyando el fraude electoral a favor del albiazul.
Cuando Luis Miguel Barbosa Huerta anunció que no asistiría al Debate Ciudadano por sospechar que no habría parcialidad en el encuentro, el presidente de Coparmex, Fernando Treviño Núñez, desplegó una contraofensiva mediática sosteniendo que había una larga lista de reglas, plasmadas en 150 páginas, que impedían algún tipo de sesgo en el encuentro. Al final se cumplió la intuición del aspirante morenista de que todo era una celada en su contra.
El encuentro al final tuvo un guión, una idea central, que buscó implantar bajo la idea: el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa Huerta, no le gusta escuchar ni le importa la sociedad.
Y a su vez, todo momento se destacó que el evento era de las organizaciones de la sociedad civil y que Enrique Cárdenas es un candidato ciudadano. Y que todas las propuestas ahí expuestas obedecen al sentir de la ciudadanía.
El guión a del encuentro –a favor del PAN– se desarrolló en tres vertientes:
De manera sesgada y agresiva, los moderadores del Debate Ciudadano desde su arranque recalcaron que Luis Miguel Barbosa no había aceptado la invitación al encuentro y exhibieron la silla vacía que le correspondía al candidato de Morena. Una práctica que no se estila en los debates tradicionales de aspirantes a puestos de elección popular.
Y a lo largo del evento, de manera burda, le formularon preguntas al candidato de Morena, aunque no estuviera presente, para siempre acabar con frases lapidarias como: “Tristemente las preguntas se quedarán sin contestar” o “Toca el turno al candidato ausente, al de Morena”.
Una segunda vertiente fue que Enrique Cárdenas al inicio, casi al final y en la última parte del debate recalcó la ausencia de su contrincante, como sinónimo de pobreza de la clase política que ha gobernado a Puebla.
“La propia ausencia de Miguel Barbosa quiere decir: no me importa la gente, no estoy dispuesto a dialogar, no estoy dispuesto a escuchar”, dijo por lo menos en un par de ocasiones el candidato del PAN, como una manera de apuntalar la constante observación de los moderadores de que se había ausentado el candidato de Morena.
Y una tercera vertiente que complementó el guión en contra de Barbosa, es que el 96 por ciento de los mensajes que hubo en las redes sociales que trasmitieron el debate eran en el siguiente sentido: “Barbosa cobarde, cualquier candidato acepta debatir”, “Barbosa aquí demuestra su falta de compromiso” o “a Barbosa no le interesa la gente”.
Sin contar que muchos mensajes cuestionaban la discapacidad física del candidato de Morena o el color de piel morena del aspirante del PRI, Alberto Jiménez Merino. Es decir hubo una alta dosis de aplausos para Cárdenas, combinado con frases discriminatorias y clasistas, propias de la derecha poblana.
Es decir, todas las ideas se dirigían a las mismas ideas: a Barbosa no le interesa la sociedad civil organizada, ni la familia ni los valores de las familias en el sentido tradicional de la derecha.
La parte más extrema del supuesto debate –que en realidad fue una suerte de interrogatorio, menos una confrontación de ideas– es que los moderadores llamaban a Cárdenas únicamente como “candidato del PAN”, algo que tuvo que corregir el propio aspirante. Ese detalle muestra el desprecio que la Coparmex y sus organizaciones sienten contra la izquierda. Por eso de manera deliberada omitían señalar que Cárdenas Sánchez también está postulado por el PRD y Movimiento Ciudadano.