Viernes, abril 26, 2024

Más que desaparecer, el libro impreso convivirá con lo digital, coinciden expertos de la UAP

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Tres especialistas de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) coinciden en una idea: que difícilmente el libro impreso podrá desaparecer. Con sus razones, afirman que los libros impresos coexistirán con los llamados ebooks o digitalizados, pues son distintas plataformas de un mismo conocimiento.

Mercedes Isabel Salomón Salazar, directora de la Biblioteca Histórica José María Lafragua; Ricardo Villegas Tovar, coordinador de Producción Académica y Visibilidad Internacional; y César Ricardo Cancino Ortiz, director General de Publicaciones convergen que cada uno de estos formatos son indicadores de esa coexistencia.

En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor que se celebra este 23 de abril, una fecha instaurada por la Unesco en 1995, los especialistas dan su opinión sobre la que ha sido una especulación actual: la continuidad del libro impreso, ante los nuevos espacios de los medios digitales.

Ante este debate, Mercedes Isabel Salomón Salazar, directora de la Biblioteca Lafragua, reflexiona: “tengo cidís que no puedo abrir porque mi computadora ya no cuenta con un puerto para introducirlos. ¿Qué se hace con todos esos archivos?”, cuestiona.

Al mismo tiempo, sostiene entre sus manos un manuscrito del siglo XIV, que aún se puede hojear, leer y consultar. Se trata de El libro de horas, elaborado alrededor de 1353 y el más antiguo que conserva la UAP, que es ahora testigo de la persistencia con la cual esta clase de formatos físicos atesoran información frente al paso del tiempo.

Sus 492 fojas de vitela –un material compuesto por piel de becerro- tienen plasmados aún los trazos que distintos copistas hicieron con materiales, como lapislázuli y oro, hace casi siete siglos. Dichos rasgos, destaca la especialista, son pautas para determinar que el escrito perteneció posiblemente a una persona adinerada. En una sociedad europea, en la cual pocos eran quienes sabían leer, los manuscritos circulaban en las altas esferas de la sociedad.

Sin embargo, siglos después, el surgimiento del internet y los archivos electrónicos dieron apertura a la difusión de información a costos menores y con mayor alcance. Para Ricardo Villegas Tovar, coordinador de Producción Académica y Visibilidad Internacional, de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado de la BUAP, la aparición de los medios digitales ocupa un segundo gran momento en la historia del libro.

No obstante, sentencia que “a diferencia de lo sucedido con los copistas, dudo totalmente que la actual industria editorial vaya a desaparecer”.

De acuerdo con Villegas Tovar, existe un motivo de gran peso por el cual difícilmente podría extinguirse el libro en papel: “Los copistas se dedicaban a reproducir las obras; las editoriales se dedican no solo a reproducirlas, sino a distribuirlas”.

En este sentido, César Ricardo Cancino, director General de Publicaciones, encabeza actualmente un proyecto de digitalización de los casi cinco mil libros que han sido editados por la UAP desde hace alrededor de 40 años. Señala que, por instrucciones de la Ley General de Ciencia y Tecnología, promulgada en 2002 y cuya última reforma data de 2015, “todos los libros publicados por universidades públicas deben tener una salida en open access¸ es decir, a través de ediciones electrónicas de acceso libre para todo público”. A pesar de la labor que implica dicho proceso, se estima que este 2018 el repositorio se encontrará disponible.

Con esta medida, la producción editorial universitaria podrá proyectarse a mayor escala, de acuerdo con la necesidad de fortalecer la distribución del conocimiento generado en la UAP. “El trabajo del investigador no debe quedar en la conclusión del producto científico, ni siquiera en su publicación, sino que debe ir más allá, al procurar, por la vía de la calidad, que el trabajo comparta escena con los mejores trabajos del mundo”, asevera Villegas Tovar.

Así, con la finalidad de fortalecer la distribución, la Dirección General de Publicaciones (DGP) ha establecido convenios con casas editoriales de impacto nacional e internacional. Aunado a ello, la circulación de las obras auspiciadas se verá beneficiada por dos acciones específicas: la creación de una identidad visual y formal que permita a los lectores reconocer los títulos editados por la UAP, así como estrechar la difusión a través de las dos sucursales de la Librería Universitaria.

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