Al medio día
A mitad de la semana
Tres obreros dormitan
Sentados en el último vagón del metro.
La fatiga los demedia.
El calor los sume en un soñar sin sueño.
La música electrónica de los vagoneros
El estruendo de los carros
El freno y el silbar en cada estación
Les abre los párpados por un segundo
Les corta los ojos y la flor no despierta.
A distintos tiempos cada obrero alza la cabeza
La araña de sangre en sus pupilas
Teje y tiñe una bandera de huelga en sus ojeras.
La inercia vuelve a declinar las cabezas
Derrotadas de cansancio.
No, no se levantan
¿Se los llevará el tren desgastándoles la vida?
Esta especulación, desasosiega.