Viernes, abril 26, 2024

Artistas deben ser responsables de lo que muestran al espectador: Sámano

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Hoy por hoy los actuantes del hacer público como artistas, historiadores, curadores e investigadores del arte tienen una responsabilidad: la de decidir qué es lo que se participa en el mecanismo de lo público, señaló el curador e investigador Rafael Sámano, para quien los materiales artísticos que se ponen a la disposición del espectador son más bien preguntas, provocaciones y confrontaciones.

En ese sentido, mencionó que en exposiciones como Lecturas de un territorio fracturado que actualmente se exhibe en el Museo Amparo, aquí en Puebla, las imágenes expuestas son más próximas al presente, a la par de que “se apropian de otra forma a lo que se aproximan y constituyen otra manera de acercarnos a lo propio”.

Como parte de la charla “La imagen política y su semántica ideológica” que sostuvo al lado de Cecilia Delgado Masse, directora de Museo Universitario de Ciencias y Artes, el MUCA Roma, Rafael Sámano propuso que incluso los museos cambian su manera de entenderse y plantearse poniendo en juego su propia colección.

Asimismo, dijo que disciplinas como la litografía, el grabado o la fotografía tienen la necesidad de contar y apelar al presente, un mecanismo que es distinto a lo que ocurre con la pintura que retoma modelos pasados dándoles nuevas lecturas y versiones.

A partir de su trabajo curatorial como autor de las cuatro exposiciones que conformaron el proyecto Los pinceles de la historia –integrada por El origen del reino de la Nueva España 1680–1750, De la patria criolla a la nación mexicana 1759–1860, La fabricación el Estado 1864–1910, y La Arqueología del régimen 1910–1955–, Rafael Sámano repasó las diversas formas de representación de la imagen a lo largo de los últimos siglos.

Expuso que dicho proyecto, que se mostró en el Museo Nacional de Arte, en la Ciudad de México, fue un ejercicio de revisión de la construcción de imágenes y lo que se entendió como el género de pintura de historia.

Señaló que desde el siglo XVII, aunque ya había principios artísticos de distancia de la Nueva España con la corona española, todavía faltaba una manera de plantear la pintura en historia. “En México hubo otra noción de este género que sería a posteriori, como un rebote de lo que sucedía en España”.

Sámano consideró que algo importante es plantear de qué pintura de historia se habla “porque hay una forma de pintura que se desdibuja y otra que redunda en el pasado inmediato y no proyecta el futuro ni el presente”.

Identificó que un momento de construcción de una imagen propia ocurrió a la mitad del siglo XVIII y luego se extendió al momento de un programa nacional de pintura que llegó hasta mediados del siglo XIX.

El historiador del arte identificó que en esta etapa se da una “economía de imágenes”, además de que la pintura en historia se convirtió en un tipo de retrato que iba más allá del personaje, pues refería a su contexto. Asimismo, mencionó qué si bien se abordaron temas epopéyicos, fueron de una historia antigua particular: lo prehispánico. De igual forma, sostuvo que el guadalupanismo fue un símbolo “de la noción de nación” que estuvo presente desde mediados del siglo XVII hasta mediados del siglo XX.

Rafael Sámano en el siglo XX dijo que si bien hubo cuadros de historia se dio una “transición hacia otras formas de ver”, ya que “empezó a haber una secularización, una laicización de la imagen ya que se trataron temas de la propia historia antigua”.

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