Viernes, abril 26, 2024

El fracaso del PRI

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Tal como lo habíamos señalado, las elecciones del domingo 4 de junio fortalecieron a AMLO y a Morena, diferentes mediciones post elección le dan la ventaja al tabasqueño con márgenes de entre 9 y 15 puntos porcentuales sobre su más cercano competidor. También se confirma que el derroche millonario del PRI para “ganar” las elecciones del Estado de México y Coahuila, de nada le han servido, siguen ocupando la tercera posición, lejos muy lejos del primer lugar. En los distintos escenarios, Andrés Manuel tiene amplias posibilidades de llegar a Los Pinos, la guerra sucia del PRI sigue fracasando.

La campaña de desprestigio montada por el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, a petición de su jefe Enrique Peña Nieto, más que debilitar a AMLO, lo siguen fortaleciendo, las frases y atributos que le asignan al tabasqueño no han impactado en los ciudadanos, la mayoría de éstos ya no creen en los disparates y ocurrencias de Ochoa Reza, sus violentos spots se diluyen porque muchos de ellos no tiene sustancia, más bien se han convertido en mera publicidad para el líder de Morena, las pretensiones de establecer asociaciones directas entre AMLO, “populismo, autoritarismo, Chávez y ahora Maduro”, no inciden en el expectante auditorio, pues los líderes del PRI no tienen forma de demostrar que son auténticos demócratas, cuando sus raíces son autoritarias, por ejemplo, por más que quieran no pueden evitar cuestionamientos sobre prácticas de corrupción entre los gobernantes tricolores, pues por más ex gobernadores que pisen la cárcel, no hay día que otro militante tricolor que ejerce o ejerció recursos públicos derivados del puesto sea expuesto públicamente por corrupto. A ello se debe añadir que si de imposiciones se trata, Ocho Reza llega a la presidencia del PRI precisamente por la decisión autoritaria del jefe máximo del partido en el gobierno. Peña Nieto no sólo impuso a su primo Alfredo del Mazo como candidato al gobierno del Estado de México, sino también designó al actual líder nacional del PRI, Ochoa Reza, quien llegó por el dedazo presidencial.

De hecho, el proceso interno de elección del candidato a la presidencia por parte de ese partido que, según lo dicho por los voceros de esa fuerza política, iniciará en agosto, ha empezado con voces de rebeldía de más de un centenar de militantes que exige que el proceso sea por consulta a las bases y aunque se trate de minimizar, lo cierto es que habrá focos rojos para evitar la salida de militantes que buscarán cobijo seguramente en Morena.

El fracaso del PRI, en su afán por detener al tabasqueño, parece que requiere una nueva estrategia, sin duda lo harán, el punto central es que a estás alturas resulta tardía, pues aunque aumentarán la intensidad de la guerra sucia contra AMLO, ésta sería altamente cuestionada porque sería a la luz de los electores, simplemente más de lo mismo, es de esperarse que busquen colocar en la mente de los ciudadanos los posibles costos políticos, sociales y económicos de supuestamente tener un gobierno de izquierda en la República, pero aún con ello en el imaginario social está claro que no quieren que el PRI esté otro sexenio al frente del gobierno federal, basta ver los indicadores de rechazo o negativos, o la suma de los porcentajes de votación que sumados entre sí evidencian que el gobierno federal está reprobado.

Aunado a lo anterior, la nueva estrategia dedicará buena parte en colocar al candidato del PRI a la Presidencia como competitivo a partir de los supuestos logros de la administración de Peña Nieto, pero resulta que los indicadores sociales siguen consolidando la desigualdad, la corrupción, la inseguridad y la pobreza como elementos transversales, las propias encuestas reflejan que por ahora cualquier aspirante priista no modificaría los resultados.

En ese sentido, el panorama para el PRI es desolador, pues además de AMLO tendrá que tener la vista puesta en los demás partidos y candidatos presidenciales, lo que en otras palabras los llevará a abrir varios frentes en disputa, ya no será posible el acompañamiento del PAN, ni será viable una alianza con ellos, es más probable que el discurso del panismo se endurezca contra Peña Nieto y el PRI, el matrimonio PRIAN por ahora entra en receso, el amorío está en bache.

Sin duda, poner toda la carne al asador en las elecciones del pasado 4 de junio les está cobrando factura, aun con lo que representa en términos electorales el Estado de México, el cálculo les falló, pues en la elección de 2018 no podrán mover la maquinaria a su pleno antojo, pues varias de las entidades no son priistas y, desde luego, no jugarán ni con recursos políticos ni económicos, ahí la disputa subirá de color, el PAN y el PRD harán hasta lo imposible por neutralizar el uso de los recursos públicos para fines electorales a favor del PRI y curiosamente también la neutralización le favorece a AMLO. Es tiempo que las vibraciones por la izquierda alcancen el clímax, ya lo dijo Ifigenia Martínez: “ha llegado el momento de tener un gobierno de izquierda”. Ver para creer.

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