Nosotrxs, con una equis en lugar de la tercera “o”, porque se pronuncia indistintamente en función de la identidad de cada persona y además porque evoca a México, precisa Mauricio Merino Huerta, impulsor de esta organización civil, nacida apenas el 7 de mayo de este año.
El investigador visitó Tlaxcala el viernes pasado para presentar este movimiento nacional que pretende generar una “revolución de conciencias”. Su función es vigilar que los partidos, los representantes políticos y los gobiernos cumplan con sus obligaciones.
“Se concentra en la igualdad derivada de los derechos sociales y en el combate a la corrupción, a través de las leyes que protegen la distribución equitativa, el uso transparente y la aplicación honesta de los recursos públicos”.
El propio creador de esta iniciativa, quien además es académico, autor de libros y articulista en periódicos de circulación nacional, reconoce que esta convocatoria es muy ambiciosa y difícil, “porque tiene enfrente todos los obstáculos inimaginables”.
Las principales trabas a las que Nosotrxs se enfrentará en el camino, son las que él llama intermediarios políticos. Sin duda. Aunque valdría plantear si esas fuerzas son realmente el mayor freno a la organización de las y los mexicanos, pues a la par podría colocarse la pasividad de la misma ciudadanía.
Es sorprendente la forma en que esta sociedad mexicana es avasallada desde hace décadas. Soporta todo, matanzas, devaluaciones, corrupción, desaparición de personas, delincuencia y una serie de violaciones a derechos humanos y a las normas, contra lo que solo una minoría se atreve a alzar la voz.
La propuesta de Nosotrxs representa la vía para lograr un cambio al que aspiramos muchos en este país; es lo deseable. Antes habrá que despertar a esas conciencias para conducirlas a la tan anhelada revolución pacífica contra el abuso de poder.
En Tlaxcala este movimiento ya tiene representación. No faltarán personajes políticos que querrán aprovechar el espacio con fines ajenos a los de esta iniciativa, víspera de los comicios de 2018 y los que siguen. Ojalá no sea así; pues sería otro inconveniente.