En estos días el mundo se estremece ante la gran amenaza que significa la compra de la empresa Monsanto, productora de semillas transgénicas y plaguicidas agrícolas, por parte de Bayer, empresa que fue ubicada el año pasado como la novena empresa más grande del mundo por sus ingresos del orden de los 25,000 millones de dólares, que además de los medicamentos es otro de los gigantes de la industria mundial de agroquímicos.
Con esta fusión, la nueva empresa se va a apoderar de una enorme fracción del mercado y a controlar prácticamente las semillas de maíz, trigo, soya, algodón y otros alimentos en detrimento de la libertad de los agricultores y campesinos, quienes se verán obligados a adquirir sus insumos del proveedor monopólico.
La fusión de estas dos empresas es vista por algunos críticos como un matrimonio infernal, no solo por el carácter ambivalente de sus productos, sino también por sus historias.
Bayer es una empresa alemana que estuvo involucrada en la fabricación de “armas químicas” para su gobierno en las guerras mundiales. Carl Druisberg llamado el “químico del diablo” `por su participación personal en el desarrollo de gases de combate, como el famoso “gas mostaza”, fue director de la empresa durante varias décadas.
Bayer también se encargó de la producción del Cyklon B, utilizado en los campos de concentración para exterminar a Judíos, Gitanos y Comunistas.
También Monsanto tiene su historia de guerra, pues fue el proveedor, para el ejército Norteamericano, del “Agente Naranja”, herbicida empleado masivamente en los campos de Vietnam y cuyos efectos cancerígenos aún siguen asolando a los campesinos y a la flora y fauna de aquel país.
Por otra parte, Bayer es acusado en Europa del envenenamiento masivo de las abejas por el uso de indiscriminado de uno de sus plaguicidas, en tanto que Monsanto aparece como responsable de poner en riesgo de extinción a la mariposa monarca, ya que el empleo de su herbicida “Roundup” va acabando con las plantas que sirven de principal alimento a la mariposa. Cabe señalar que tanto las abejas como las mariposas son dos de los más importantes agentes de polinización de los cultivos agrícolas.
A lo anterior hay que añadir que el Roundup tiene como ingrediente activo al Glyphosato, sustancia que ha sido clasificada como posible fuente de cáncer por un comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud.
Con estas historias, la fusión dará lugar a una mega empresa que viene a profundizar la centralización del capital en la rama de proveedores de insumos agrícolas, ya que esta es la tercera, luego de las fusiones de Dupont con Dow Chemicals (para crear la empresa química más grande del mundo) y ChemChina con Syngenta.
La enorme centralización existente en la rama acentuará el carácter cuasi-monopólico de la industria y su capacidad para controlar los precios de las semillas, los fertilizantes y los plaguicidas, cuya elevación impactará al consumidor, por el aumento del precio y por la reducción tanto de los alimentos orgánicos, como de las opciones de alimentos procedentes de semillas naturales sin modificación genética.
Vale la pena recordar que el “Capital” no es meramente el dinero, ni las mercancías o los medios de producción, sino que “El Capital” es la relación social, histórica, en la que la propiedad privada de los medios de producción convierte en mercancía a la fuerza de trabajo, única posesión de los no dueños.
La historia del Capital, es la historia de su acumulación y de su desdoblamiento en las sustantivaciones o personalidades que adopta como capital productivo, capital comercial y capital a interés, mismas que terminan por fundirse en el “Capital Financiero” como resultado del proceso de acumulación.
Históricamente, el proceso arranca con la acumulación originaria, resultado –generalmente- de la violencia y el latrocinio que acumula la riqueza en pocas manos y produce la desocupación de muchísimas más que para sobrevivir, tienen que vender su fuerza de trabajo.
La fuerza de trabajo, en acción, produce más valor que lo que costó y el excedente será la plusvalía. La plusvalía producida, al alcanzar un volumen determinado se invierte -se acumula- para ampliar la producción: el Capital se concentra.
En el ámbito de la “competencia” muchas de las nuevas empresas perecen y dejan a las que acumulan una fracción mayor del mercado.
La repetición del ciclo de acumulación de unas y de quiebra de la mayoría propicia la concentración y la reducción de la competencia por la baja del número de competidores.
Esos competidores, en un momento dado, se pondrán de acuerdo, formarán un cártel, o un oligopolio para evitar la competencia ruinosa. Mediante compras o fusiones –el pez grande se come al chico- se produce la centralización del capital y un mayor control del mercado como en el caso Bayer-Monsanto: pareja que envenena la alimentación en el mundo.
POR PP