El pasado viernes se constituyó el Comité Civil de Reconstrucción Social de Ajalpan, cuyos integrantes denunciaron que la Procuraduría General de Justicia (PGJ), a través de Policías Ministeriales, solo ha cometido atropellos y generado “chivos expiatorios” para tratar de justificar sus acciones en el caso del linchamiento de dos encuestadores que fueron tomados por secuestradores por la turba..
Las víctimas y sus familiares denunciaron la detención de personas inocentes que son confundidas por ser homónimas de los indiciados, además de irrupciones a casas sin orden de aprehensión, de manera violenta encañonando a niños y ancianos.
El Comité emitió una carta abierta dirigida al gobernador, al presidente Enrique Peña Nieto, al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, al Congreso de la Unión, al Poder Legislativo local, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y a los medios de comunicación, los integrantes de la organización le dicen al mandatario estatal:
“Gobernador, responder con represión ocasionará mas violencia. Usted tiene en sus manos la solución. Es su deber proponer al Congreso del estado la desaparición de poderes en ajalpan y realizar una investigación real y apegada a derecho. De lo contrario la responsabilidad de la autoridad municipal será transferida al gobierno del estado que usted encabeza”.
En otra parte de la misiva, acusan: “desde el inicio de su mandato hubo acusaciones de nexos con la delincuencia hacia el regidor de Gobernación Joel González García. Su hombre de confianza (del presidente municipal de Ajalpan). Quiénes lo denunciaron hasta hoy se encuentran procesados. Él sigue en su puesto. Es el encargado de la seguridad del municipio. Fue denunciado por los pobladores como el responsable de la venta del combustible robado en la Sierra Negra. Las autoridades estatales no intervinieron.
“Cuando empezó el robo de casas habitación, de negocios, de maquilas, asaltos a mano armada, secuestros, extorsiones, asesinatos. Hubo un intento de linchamiento. La autoridad municipal hizo caso omiso. Se mencionó que estaba de acuerdo. El robo de ganado, granjas, comercios se volvió cotidiano. En el extremo un empleado de una maquila desapareció. Se encontró su cadáver. Sin órganos internos. Una maquila fue asaltada cuando embarcaban su corte. Los asaltantes se llevaron hasta el vehículo. Todos estos casos nunca se aclararon.
“Ciudadanos y empresarios ajalpenses desesperados e indignados quisieron hablar con el presidente. Nunca los atendió. Empezaron a aparecer mantas advirtiendo a los delincuentes de la justicia por mano propia. Nadie hizo nada. Las autoridades municipales y estatales brillaron por su ausencia. El Ajalpan bronco, callado, reprimido. Estaba latente.
“Ante los trágicos hechos ocasionados por la desesperación y el miedo de un pueblo oprimido por la delincuencia se debe investigar a fondo, castigando a los verdaderos culpables. También a las autoridades que no cumplieron con el deber de detener a los delincuentes a tiempo; otorgando seguridad a la población, previniendo un estallido de consecuencias funestas como los hehos ocurridos el 19 de octubre”.