Personas mayores son la mitad de los contagiados que fallecen por Covid–19. Eso concluye Héctor Hernández del CRIM–UNAM, tomando como base las estadísticas de mortalidad del Subsistema Epidemiológico y Estadístico de Defunciones de la Secretaría de Salud.
Malthus consideraba que “la tendencia constante que se manifiesta en todos los seres a multiplicar su especie, aunque no lo permitan los alimentos con que cuentan”, provoca tres graves problemas: la repugnancia moral, el vicio y la miseria.
Las pestes y las guerras han sido las formas en las que la naturaleza y la sociedad controlan el crecimiento de la población. Lo que afecta principalmente a los niños y jóvenes, porque se mueren en la casa u hospital por falta de atención o en el campo de batalla.
La pandemia del Covid–19 cambió la lógica y hoy la inmensa mayoría de los contagiados que mueren son personas mayores de 60 años de edad. Lo mismo ocurre con aquellos que se encuentran intubados.
Con datos sistematizados hasta el 27 de mayo en que se registran 8 mil 882 fallecidos. De los que mil 515 son mujeres y 2 mil 616 hombres, el 47 por ciento del total del registro de muertes son personas mayores en las estadísticas gubernamentales.
En México existen pocas instituciones que presten servicios de atención y cuidado para las personas mayores. Una característica común de los asilos es que funcionan como si fueran guarderías de personas mayores.
A lo que se agrega la falta de relación con familiares y amigos. Lo que hace que algunas de las características de esta población sean la soledad y la depresión.
La pandemia del Covid–19 encuentra a esta población socialmente estigmatizada, con bajas defensas y, por tanto, frágil a este virus.
El Covid–19 ha resultado una pandemia en contra de la personas mayores.