Moscú. – “Somos conscientes de los esfuerzos de Washington para atraer al sector privado para que sirva a sus ambiciones espaciales militares”, es lo que dijo en conferencia de prensa la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova.
La declaración sucede unos días después de que la agencia informativa Reuters hiciera público que la empresa fundada por el multimillonario Elon Musk, SpaceX a través de la unidad Starshield “está construyendo una red de cientos de satélites espías en virtud de un contrato clasificado con una agencia de inteligencia estadounidense”.
Así mismo, presume que el contrato fue realizado con la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO por sus siglas en inglés) y fue firmado en 2021 por una cifra de mil 800 millones de dólares.
El objetivo del proyecto es crear un ”sistema de espionaje con cientos de satélites con capacidades de imágenes de la Tierra que pueden operar como un enjambre en órbitas bajas”
En paralelo, se informa que el Pentágono se ha convertido en un “gran cliente” de la compañía SpaceX al utilizar sus cohetes Falcon 9 para lanzar cargas militares al espacio. Por su parte, fuentes anónimas declararon a Reuters que desde 2020 se han ocupado los mismos cohetes para lanzar docenas de prototipos para la red satelital de espionaje.
Adicionalmente, Zakharova afirmó que dichos sistemas “se convierten en un objetivo legítimo para medidas de represalia, incluidas las militares”.
Por otro lado, Sputnik Mundo informó que China también planea comenzar a construir sus propias constelaciones de satélites a través del proyecto GW (Guowang o red nacional) que corre a cargo de la Comisión de Reforma y Desarrollo de China que tiene como objetivo colocar un total de 13 mil satélites en órbitas más bajas que las de sus contrapartes de Estados Unidos.