Pese a los cateos de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de los operativos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) continúa la venta de autopartes de dudosa procedencia en la 46 Poniente, según confirmó este martes La Jornada de Oriente, a través de un recorrido.
En la zona se observaron los sellos colocados a una docena de domicilios en los que la FGE identificó estupefacientes y autopartes robadas ubicados sobre las calles 46, 48 y 50 Poniente, por lo que fueron clausurados; sin embargo, el resto de los negocios opera de manera normal, mientras los locatarios se comunican entre ellos con radios para advertir sobre la presencia de las autoridades.
Afuera de los negocios hay innumerables piezas de automóviles algunas de ellas con evidencias de percances cuyos precios van desde los 300 a más de 10 mil pesos, según el tipo que se busque.
Altares a la Santa Muerte o a la virgen de Guadalupe desatacan a la entrada de los negocios, de los que salen y entran locatarios ofreciendo la mercancía.
La parrilla “genérica” del frente de un automóvil se puede encontrar hasta en mil 500 pesos ya colocada, aunque “la pieza también se puede conseguir en original sin mayor problema”, indica un vendedor.
A lo lejos se observa a tres hombres cargando en sus hombros una especie de tubería, pero al acercarse se confirma que en realidad se trata de los escapes de unidades, provenientes de algún tipo de deshuesadero.
Jóvenes a bordo de bicicletas parecen cumplir dos funciones: la primera acercando a potenciales clientes a los que captan con algún tipo de promoción desde la avenida Héroes de Nacosari, la 11 Norte o la Diagonal Defensores de la República.
Su segundo encargo es estar al pendiente de situaciones extrañas y reportarlas inmediatamente a los locatarios, perfectamente comunicados a través de sus teléfonos e incluso con radios Matra.
En avenidas subyacentes se observa un rondín de policías estatales, que el pasado 3 de agosto decomisaron bidones con sustancias presuntamente explosivas, autopartes robadas y droga en esta zona, y los cuales cuatro días después solo hacen recorridos.
A simple vista es difícil diferenciar los negocios cateados el fin de semana por la Fiscalía, que hoy tienen sellos de la institución, de los que siguen en funcionamiento.
Quizá por eso los propios locatarios están al pendiente de la movilización policiaca en caso de un contratiempo.
En otro negocio se escucha hablar a un locatario con otro por radio: “ya se fueron los policías solo tomaron fotografías y se fueron, todo tranquilo”, advierte a su interlocutor con otro de estos aparatos sofisticados.
La 46 Poniente es un laberinto de privadas y cerradas, una verdadera trampa para merodeadores ajenos a sus actividades e incluso para la autoridad.
Las casas y vecindades funcionan como negocios y viceversa por lo que hay autopartes hasta en las azoteas y parachoques completos de diferentes marcas de vehículos en las fachadas y en las aceras.
Los tapones y faros de todo tipo de vehículos son el gancho para jalar compradores aunque una vez interesados pueden encontrar rines, estereos, facias, puertas y retrovisores, entre otros, a cualquier precio.
Así es un día normal en la 46 Poniente a pesar de que el fin de semana pasado la FGE realizó cateos que arrojaron como saldo 2 mil 595 autopartes y 402 dosis de droga decomisadas.
Previamente el viernes pasado, bidones con amoníaco, sustancia explosiva en altas cantidades, 400 dosis de droga y autopartes robadas fue el saldo del operativo realizado este viernes en dicha zona.