El investigador Francisco Morales Valerio comparte sus experiencias de recuperación de importantes monumentos de arquitectura religiosa del siglo XVI, como lo son los conventos franciscanos de San Francisco de Puebla, San Gabriel Cholula, San Miguel Huejotzingo, San Andrés Calpan y Santa María Magdalena, en San Martín Texmelucan, que fueron seriamente dañados por el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Mediante el texto Experiencias en la restauración de los conventos franciscanos de la zona central de Puebla que aparece en el libro Sismos y patrimonio cultural. Testimonios, enseñanzas y desafíos, el doctor por la Catholic University of America refiere a los daños que sufrieron estos “conventos de un notable valor histórico y de gran importancia en el patrimonio cultural” ubicados en la zona central del estado de Puebla, una de las más afectadas por el sismo.
El libro que reúne crónicas, informes y estudios a cargo de diversos investigadores, además de un registro de las labores de restauración patrimonial y vinculación social que se han realizado en torno a los bienes culturales afectados por los sismos de septiembre de 2017, ha sido publicado de manera virtual en el sitio www.restauracionpatrimonio.cultura.gob.mx.
En su artículo el director de la Biblioteca Franciscana –asociada a la Universidad de las Américas Puebla– señala que el convento de “San Miguel Huejotzingo, construido en la década de 1570, es quizá la mejor muestra de lo que fueron las construcciones franciscanas en los grandes señoríos indígenas del siglo XVI”.
Ello, indica el autor de seis libros y más de 50 artículos, porque “su retablo es uno de los más valiosos del México virreinal”. Agrega que “los daños más considerables producidos por el sismo en este convento se encuentran a lo largo de las bóvedas de la iglesia”, en donde se localizaron fisuras con ramificaciones por los costados del templo. Asimismo, precisa que del convento de San Miguel Huejotzingo cayeron algunas almenas de los muros, aunque por fortuna no hubo daño en las imágenes ni en el retablo.
Explica que otro templo franciscano dañado en el municipio de Huejotzingo que fue construido a mediados del siglo XVII es el de San Diego, que solo sufrió pequeños daños en su torre.
El investigador Francisco Morales escribe que en Cholula tres templos sufrieron daños importantes: el convento de San Gabriel, terminado en 1552; la capilla de la Tercera Orden, que es una construcción del siglo XVII; y la iglesia de Jerusalén, misma que para mediados del XVIII se le llamó Hospicio de Cholula y que, probablemente, su construcción date de principios de ese siglo.
“La de San Gabriel padeció extensos estragos en el campanario, del que se derrumbó la linterna que lo coronaba; los arcos de este templo, que sostienen las pesadas campanas, se vieron afectados con graves fisuras. Algunos elementos ornamentales del campanario cayeron en el atrio de la iglesia y uno de ellos sobre el techo de la dirección de la Biblioteca Franciscana, que es parte del conjunto conventual, en la que perforó el techo. La sección del convento más dañada fue la iglesia de la Tercera Orden, construida entre la capilla real y la iglesia conventual. Tanto la cúpula del crucero como la nave principal sufrieron considerables fisuras. Igualmente se vio afectada la pequeña cúpula del crucero de la iglesia conocida como de Jerusalén”, describe el autor en su artículo.
De la ciudad de Puebla anota que el Convento de San Francisco, el segundo más grande de la Provincia del Santo Evangelio, tuvo los daños más graves “en la torre del convento, de la que cayó la linterna ocasionando fracturas en la bóveda de una capilla que se encuentra a la entrada del templo, cuyas bóvedas centrales también sufrieron fisuras”.
Sobre éste explica que se llevó más de 20 años para construirse en el siglo XVI, y que su construcción se terminó hacia fines de la década de 1570 o principios de 1580, con una estructura muy parecida a la de los conventos anteriores de Huejotzingo y Cholula. Anota que durante el siglo XVII se fueron añadiendo capillas, siendo la más conocida es la de la virgen Conquistadora, en la que ahora se encuentran los restos del beato Sebastián de Aparicio.
Morales Valerio indica que en el caso del convento de Calpan resultó gravemente afectado, lo mismo que la iglesia parroquial de Calpan y la iglesia de San Mateo Ozolco, que están también bajo la responsabilidad de los franciscanos. Añade que una de sus cuatro capillas posas tuvo importantes daños: la de San Juan, misma que se vio afectada en su cúpula piramidal.
En su texto Experiencias en la restauración de los conventos franciscanos de la zona central de Puebla narra que municipios como Cholula y Huejotzingo o gobiernos municipales como el de Puebla, dieron su apoyo para apuntalar los monumentos dañados.
Asimismo, que instituciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) o fundaciones nacionales, como la Mary Street Jenkins, mostraron interés en participar en la restauración de algunos conventos, particularmente en el de Huejotzingo.
“La sociedad civil se mostró muy comprensiva con la situación de sus iglesias, en especial en ciudades de elevado sentido religioso, como Cholula. Debido a la amenaza de derrumbes, Protección Civil tuvo que cerrar al culto las iglesias cuyas bóvedas se vieron afectadas. La iglesia de Cholula, aunque no sufrió este tipo de daños, tuvo que cerrarse debido a la gravedad de la situación del campanario, que convirtió en un riesgo la entrada por la puerta principal. En plena temporada de aguas, los fieles de este convento asistieron a sus ceremonias religiosas en un patio del convento, a pesar de las torrenciales lluvias de fines de septiembre y principios de octubre. La parroquia de San Miguel Huejotzingo se cerró y los servicios religiosos se celebran en una capilla improvisada en el atrio”, narra el especialista.