Al menos una veintena de damnificados por la explosión de dos ductos de gas en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, hechos ocurrido en octubre de 2021, exigieron una audiencia con el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, tras sumar más de un año sin viviendas ni pertenencias.
Yeni Gómez y Ricarda Barrera afirmaron que han demostrado ante los tribunales que cuentan con escrituras de los predios donde se ubicaban sus viviendas en la zona cero, que se encuentran a más de 15 metros del paso del ducto de Pemex.
Afirmaron que nunca aceptaron la propuesta de reubicación por parte del exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta en la zona del Batán, debido a que estas casas son de dimensiones menores a las de sus viviendas que eran de más de 150 metros cuadrados, por lo que insisten en construir donde fueron derribadas.
Subrayaron que resulta incongruente que por un lado el ayuntamiento capitalino les haya aceptado en enero pasado el pago del impuesto predial pero les niegue la posibilidad de volver a construir en los lugares.
Manifestó que tan solo acercarse al lugar donde alguna vez se encontraron sus hogares motiva la presencia policiaca, cuyos agentes les advierten que se vayan y “no se metan en problemas”.
Subrayaron que su insistencia se debe a que tras la explosión se quedaron sin viviendas y sin pertenencias, por lo que han tenido que empezar de cero sin un lugar para habitar pese a contar con las escrituras de sus predios.
Agregaron que cuentan con una sentencia favorable respecto al juicio de amparo 718/22 en el Juzgado Segundo de Distrito para obligar a la Comuna capitalina a que los escuche en su petición de liberar los permisos de construcción, sin embargo la respuesta de la autoridad fue remitirlo al gobierno del estado.
Subrayaron que antes de la explosión de las tomas clandestinas ellos vivían tranquilos y nunca había pasado una tragedia de esas dimensiones.
Por esa razón lamentaron que la autoridad haya sido omisa cuando denunciaron que se realizaba una extracción ilegal de combustible en el lugar.
Agregaron que al menos dos de los damnificados fallecieron recientemente como consecuencia de la depresión generada por haber perdido sus propiedades, lo que agravó sus padecimientos de salud.