Viernes, abril 26, 2024

Ciencias y humanidades: una revista para hermanar todo tipo de saber

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Partiendo de que el conocimiento conduce al avance de la humanidad y su espontaneidad cautiva en todos los rincones de la vida diaria, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) editará bimestralmente una revista en la que dialoguen las distintas manifestaciones del saber: llámese científico, artístico, cultural, campestre, ancestral, de indefinido misticismo.

La publicación Ciencias y humanidades condensará artículos, reseñas, e infografías animadas en la curiosidad de aquellos que sean invitados para alimentar el entendimiento con su imaginario. En ello radicará su riqueza, pues serán los luchadores con motivos sociales, los defensores de territorios amenazados, los artistas que con creatividad cuestionan, y los científicos de laboratorio, quienes vislumbren desde sus trincheras temáticas que a todos nos involucran.

En este primer número (septiembre-octubre 2021) el motivo de reunión es el agua. La discusión se extiende en artículos sobre su gestión, contaminación, manejo; pero más allá de estrategias frente al peligro, también se dignifica el entendimiento y se defiende el cariño de culturas milenarias que encontraron en el agua a un ser poderosamente curativo.

Y es en este último aspecto donde recae el discurso de la revista planeada por el equipo Conacyt, porque acepta que el conocimiento no solo es un producto de laboratorio, sino que la duda y la curiosidad también pueden brotar en la lengua y la visión de minorías que engrandecen una manera de entender el mundo. Así que esta publicación buscará hermanar todo tipo de saber.

El ejemplar nos conduce por cuerpos de agua en los que han decaído civilizaciones remotas, lo mismo va del río maya a la Cuenca de la Independencia en Guanajuato. Navegamos por la fascinación de las moléculas que constituyen las estrellas del universo junto con el investigador Alfredo Aguilar.

Se revelan curativos los poderes del agua que nos otorga la oportunidad de renacer; aparecen erguidos Tláloc y Chalchiuhtlicue dioses del agua y protectores de navegantes, en el escrito del académico Issa Corona.

Se nos cachetea con la aberración del agua embotellada, esa que constituyó un imperio  sobre el pánico a los bebederos y al agua de la llave, como lo plantea Alejandro Calvillo, director de la asociación El poder del consumidor.  Otros, como el académico Mario López asignan  responsabilidades al por igual: la gestión del agua compete a agentes privados, públicos, y sociales, sostiene.

Se lee el dato de que 99 por ciento del agua dulce es subterránea, pero retumba la preocupación del desconocimiento de su paso, que complica su canalización adecuada, como explica la investigadora Landy Orozco.

El historiador Juan Aurelio Fernández en su reseña de Yermo, nos recuerda la máxima del cineasta Everardo González:  “Todo desierto alguna vez fue mar”, y poetiza los horizontes, esos en donde “los ojos no dan para más y comienza la ignorancia, pero con más suerte la duda”.

Es así como Ciencias y humanidades ensayará cada dos meses el entendimiento de tan variadas realidades, a través de una temática por edición. En esta ocasión un ajolote de manos como membranas y hojas como patas de capacidad regenerativa inagotable fue el animalito que nos guió por este número debutante. ¿Qué inimaginables criaturas nos revelarán aquellos mundos desconocidos?

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