Aun cuando en el plano formal es innegable que hay igualdad de condiciones entre mujeres y hombres en la política, en los hechos son significativos los adeudos porque hay evidencias de que en procesos electorales pasados han sido vulnerados los derechos de las féminas al cuestionarse su rol social o criticar su vida privada, preferencia sexual o religión.
Estas fueron algunas consideraciones que se expusieron en el 1er Foro Regional “Violencia política contra las mujeres” que organizó el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) este jueves, enmarcado en la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En el foro participaron en las mesas de trabajo la directora de la Unidad Técnica de Igualdad de Género y no Discriminación del Instituto Nacional Electoral (INE), Mónica Maccise Duayhe y la titular de la Oficina de Derechos Humanos del Sistema Penal Acusatorio de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), Paola Pérez Bravo Lanz.
Mónica Maccise resaltó la necesidad de reprobar este tipo de actos, pues lamentó que en pleno siglo XXI se trate de impedir la participación de la mujer en política, a través de la violencia, acto que socialmente es aceptado y que en la mayoría de casos las víctimas no denuncian por temor a represalias, el miedo a ser calificadas o estigmatizadas, por evitar perder la contienda o porque México carece de un marco jurídico para que este tipo de hechos sea perseguido.
Posteriormente, en entrevista, Mónica Maccise explicó que las mujeres en ocasiones no denuncian los actos de violencia porque piensan que este ámbito de por sí el difícil, es conflictivo y si quieren entrar, entonces deben aguantarse.
Otro aspecto es la disciplina partidista, ya que si una mujer denuncia lo que pasa de manera interna, entonces será difícil de que sea postulada.
Además hay desconocimiento de que existen instancias donde se puede denunciar la violencia política y que las instituciones pueden tomar medidas contra este tipo de actos.
“Hay una cifra importante de casos que no se denuncian, algunos que se han mostrado paradigmáticos o muy visibles donde uno puede ver todo el trayecto de cómo viene la violencia, de mujeres incluso ejerciendo el cargo”.
En tanto, Paola Pérez presentó estadísticas sobre la violencia en contra de las mujeres, la cual se ha recrudecido en los últimos años.
Ambas coincidieron en que las redes sociales se han convertido en un foro para la agresión de las mujeres que participan en la política al cumplir un doble rol, pues si bien existe libertad de expresión, hay personas ficticias que las ocupan para agredir a mujeres y hombres por igual, situación que al no estar reglamentada debe ser reprobada socialmente.
Por su lado, la presidente del ITE, Elizabeth Piedras Martínez aseveró que combatir la violencia política representa un desafío descomunal ya que afecta el derecho humano de las mujeres al momento de votar y ser votadas, y además las margina en su desarrollo en la acción política o pública como activas militantes de un partido o como candidatas a un puesto de elección popular.
Tras citar que la violencia contra la mujer es la forma más extrema de discriminación e incluso puede derivar en la muerte, Piedras Martínez agregó que la falta de participación de las mujeres en los órganos de dirección de autoridades electorales como los consejos distritales y municipales, en las mesas directivas de casilla el día de la jornada electoral también es un síntoma de este fenómeno.
“Es innegable que hay igualdad en el plano de lo formal, mientras que en los hechos los adeudos son significativos en tanto pervivan actos que impidan a las mujeres ejercer a plenitud su ciudadanía y, por ende, sus derechos político-electoral”, subrayó.
Piedras Martínez agregó que las mujeres están inmersas en procesos de apoyo para fortalecer y mantener los liderazgos masculinos en la política, que trabajan en las bases, que invierten de su capital para trabajar con otras mujeres.
Sin embargo, no siempre son beneficiarias de este trabajo y por eso el foro tuvo como objetivo generar un mensaje de reflexión sobre la problemática de la violencia contra las mujeres en México, identificar alternativas de acción para prevenirla, atenderla y erradicarla a través de alguna agenda de compromisos.
Reconoció que este ejercicio no es sencillo, pero en ello radica el reto y desde el punto de vista institucional se enfrenta el descomunal desafío de construir la igualdad, la no discriminación y la no violencia en los espacios electorales para el género femenino.
En tanto, la consejera del ITE, Denisse Hernández Blas manifestó que es necesario señalar que existe un problema sin resolver, un asunto pendiente en la sociedad para que a través de la sensibilización, los gobiernos actúen y tomen medidas para desnaturalizar la violencia y deje de ser algo normal en la forma de vivir y convivir, “unamos esfuerzos institucionales para que el camino del ejercicio del poder público de la mujer deje de ser violento y una vez en el cargo lo ejerzan con seguridad”.