En los años 80 del siglo anterior, el total de la producción mundial de máquinas de escribir portátiles de la marca italiana Olivetti se hacía en México, en un triángulo productivo conformado por Ciudad de México, Tlaxcala y Puebla. Entre la planta de la colonia Vallejo –construida por el reconocido arquitecto Félix Candela–, así como en Apizaco y Tepeaca, se producían más de mil máquinas por día.
“Se constituyó una cultura industrial en la que México estaba a la vanguardia”, refirió Pier Paolo Peruccio, profesor de Diseño del Politecnico di Torino y curador de la exposición Olivetti Makes. Diseño, industria y sociedad que se exhibe a partir de este 13 de febrero en el Museo del Tec –4 Norte número 5, Centro Histórico.
Luego de su paso por Bellas Artes en la Ciudad de México, la muestra llega a Puebla, para mostrar no solo el devenir de la marca italiana, sino para dejar ver que su historia es algo multidisciplinar, pues “tiene que ver con la historia del producto, de la gráfica, de la economía, de las arquitecturas, los diseños y los territorios”, como dijo el historiador del diseño.
Durante una conferencia de medios, Peruccio señaló que la muestra está integrada por 100 piezas y láminas divididas en dos secciones que se reparten en los dos pisos del museo, para contar la historia de 100 años de Olivetti, que comenzó en 1908 en Ivrea, Italia, impulsada por Camillo Olivetti, padre de Adriano, quien sería el que llevó a la marca a cruzar el continente.
Indicó que mientras en la parte baja se da cuenta de esos 110 años de “historia, evolución y organización”, en la parte alta del Museo del Tec aparece la historia dedicada a México, la cual “era una historia desconocida”.
Para contarla, Pier Paolo Peruccio indicó que se indagaron en por lo menos 10 archivos: el Archivo Histórico Olivetti, Archivo Legorreta, el Archivo Diseño y Arquitectura, el Archivo de Arquitectos Mexicanos y la Facultad de Arquitectura de la UNAM, además de archivos de colecciones privadas.
“El comienzo de Olivetti fue Ivrea, recientemente nombrada una ciudad patrimonio mundial cultural e industrial del siglo XX, por su territorio y la relación entre fábrica, producción y sociedad” explicó el curador. Agregó que, a México, la marca Olivetti llegó en 1949 y fue con la planta construida por Félix Candela, como la empresa creció. No obstante, detalló que quedó pendiente un proyecto mayor que estaría a cargo del reconocido arquitecto Ricardo Legorreta, quien construirá un “proyecto constitutivo con todos los servicios, con una biblioteca, un hospital, comedor, espacios para la socialización y el tiempo libre”, que no se logró consolidar.
En suma, opinó Marco Lampugnani, coordinador del C_Lab Sur en el Tecnológico de Monterrey Puebla, en la exposición Olivetti Makes. Diseño, industria y sociedad “lo fundamental es revelar esa historia que no era conocida y se da en el siglo XX, y por tanto se cuenta de manera diferente pues fue difícil encontrar las informaciones para contarla completa, pues en un naciente mundo globalizado, fue la por primera vez que cruzaron contenidos”. Así, se trató de “completar el rompecabezas” de la historia de la marca Olivetti, y no solo la manera en que esta se transfirió, sino como incorporó temas de la cultura local. “Al faltar México, faltaba entonces la contribución del país en esta historia simétrica, en este pasado que es un patrimonio intangible e industrial, de la historia y la cultura de las empresas”.
Destaca que el título en inglés de la exposición se debe “a su alcance internacional”, pues tras su estancia en México, se expondrá en Argentina y Brasil, los otros dos centros productores de la marca, para luego exhibirse en Los Ángeles, Estados Unidos